Fútbol en el juzgado
MESSI, CRISTIANO, ROSELL Y LAPORTA,
en primera línea judicial. En cada caso hay que separar el grano de la paja. Todos con muchos matices, mucha pasión, punto de desconocimiento, dificultad de comprensión por la complejidad de los asuntos e interpretaciones interesadas. Y mucho foco. Demasiado para un deporte que últimamente está más en el juzgado que en el terreno de juego.
LOS MAGISTRADOS DEL SUPREMO
son gente competente. Dos de ellos emiten un voto particular en lo de Messi, pero mantienen la pena. El sentido común y el conocimiento del jugador y de su entorno abonan a que es imposible que Leo sea el líder “criminal” que el fiscal dijo en su día y que con 19 años firmó lo que le presentaron por la confianza que tenía y que él se dedicaba y se dedica a jugar al fútbol y los asuntos económicos los lleva su familia y los asesores. Resulta increíble que Messi dibuje un plan para defraudar. En el propio Supremo sorprendió que no se haya imputado a los asesores fiscales. Tampoco da la sensación de que Cristiano esté encima de los vericuetos legales sobre sus ingresos, aunque en este caso sí aparecen los matices, dando la sensación de que mediáticamente se ha querido hacer sangre con Leo y no con el portugués, independientemente del fondo de los asuntos.
LO DE ROSELL SUENA A CARNICERÍA
mientras el mismo día se resuelve la apelación de la acción de responsabilidad que exonera a Laporta y su Junta de pago alguno, aunque deja claro para el futuro que la responsabilidad de los directivos es objetiva, o sea: son responsables de las pérdidas independientemente de si han actuado de buena o mala fe, algo que hasta ahora no se había expresado con tanta rotundidad. Muchos harán de ayer un día de derrotas y victorias porque en el fútbol se gana o se pierde y los matices se evitan porque solo se inscribe a uno en el palmarés de los tiempos. Parece casualidad que todo caiga en un solo día. A veces las apariencias engañan