El sueño americano de Alonso se esfuma por otra avería de motor
El español abandonó las 500 Millas a falta de 21 vueltas al romper su propulsor Honda en una carrera que llegó a liderar y que venció Sato
El sueño americano de Alonso se desvaneció antes de tiempo. De nuevo, como le suele suceder en la F1 desde hace tres temporadas con el McLaren-Honda, el destino no fue justo con el reto que estaba llevando a cabo el ovetense, que se vio obligado a abandonar las 500 Millas de Indianápolis a falta de 21 vueltas por un problema en su propulsor Honda. En una nueva carrera de supervivencia en la que cayeron la mayoría de los favoritos, Takuma Sato fue el más listo de la clase con un gran final para poder degustar por primera vez el sabor de la leche que bebe el ganador de la mítica prueba.
Nueve decepción
Fernando Alonso salió a por todas a la primera de cambio. Pese a asegurar que iría de menos a más, aprendiendo vuelta a vuelta para apretar en la segunda parte de la carrera, el español, que salía quinto, se colocó octavo tras el arranque y no se vino abajo, iniciando una gran remontada en las primeras vueltas aprovechando el rebufo de sus rivales. De esta manera, en la vuelta 30, ya era segundo tras Rossi.
Con la primera parada de Kanaan, Alonso se colocaba segundo tras el estadounidense y consiguió superar su compañero en la vuelta 33 para liderar por primera vez la Indy500. El bicampeón de F1 empezó entonces una carrera de relevos estratégica con el vigente campeón de la cita americana. Todo iba perfecto y parecía que podía conseguir algo que parecía imposible, hasta que un espectacular accidente de Dixon lo cambió todo.
Fuerte incidente de Dixon
El asturiano ya sabía que esta carrera era diferente, que no bastaba con ir rápido y que depende de otros factores como dicho incidente. El hombre de la pole sufría así el primer abandono importante de la carrera. Dixon tuvo la mala suerte de encontrarse en la pista al accidentado Howard y salió disparado contra la reja de protección del circuito dando varias vueltas de campana. Por suerte, el neozelandés salió ileso del accidente, pero ello provocó que Alonso y Rossi perdieran la poca ventaja que habían logrado abrir hasta entonces.
Tras unos minutos de parón por bandera roja, Fernando fue relegado a la cuarta posición, pero de nuevo, con otra demostración de motivación y hambre, consiguió colocarse segundo por detrás de Hunter-Reay. El norteamericano era otro de los grandes favoritos pese a no haber entrado en el ‘fast nine’, pero el destino quiso que también quedara fuera de carrera antes de tiempo por una rotura de motor.
Alonso, en posición de ganar
El ovetense, que había liderado la prueba durante más de veinte giros, estaba luchando con Kanaan y Sato para volver a las posiciones delanteras tras verse octavo al salir de su última parada en boxes. Pero su propulsor Honda dijo basta y abandonó a falta de 21 vueltas, haciendo que regresara la frustración que siente en la F1. La fiabilidad preocupaba a Honda y acabó con el ansia de triunfo de Alonso. No así la del ganador Sato, que se coronó con el mismo motor que tras una tremenda batalla con Castroneves