El Valencia cumple su gran sueño
El equipo de Pedro Martínez da una lección de coraje y fe ante el Real Madrid y se proclama campeón de Liga por primera vez en su historia
Rafa Martínez y el lesionado Sam Van Rossom lanzaron al aire de una enfervorecida Fonteta la copa de la Liga, pocos minutos antes de que dieran las 22.30 del 16 de junio. Un día que ha entrado en la historia del baloncesto español, pues hay un nuevo inquilino, el séptimo, en su particular Olimpo. El Valencia Basket entró por la puerta grande pues para hacerlo tuvo que tumbar a un correoso Real Madrid que se resistió a morir y que con su resistencia hizo grande el primer titulo liguero de color taronja. La pista del pabellón valenciano se convirtió en una gran fiesta con jugadores y aficionados hermanados mientras el técnico Pedro Martínez se escabullía emocionado al vestuario.
A pocos minutos de que arrancara el encuentro, apareció Joan Manuel Serrat en la megafonía de la Fonteta asegurando que podía ser un gran día. Y para el Valencia no pudo empezar mejor. El conjunto de Pedro Martínez invirtió los primeros minutos del encuentro en soltar los nervios. Apenas un par de pérdidas de Diot reflejaron la trascendencia del choque pero nada que la calma de San Emeterio y el trabajo de Sikma y Dubljevic no pudiera compensar. Pero el inicio del Real Madrid no le puso las cosas fáciles. Pablo Laso metió a Felipe Reyes en el cinco titular y el capitán madridista y Llull pusieron firmes a los suyos. Su seriedad y el físico de Ayón permitió a los visitantes aguantar en pie en el primer cuarto pero en el segundo, coincidiendo con la entrada en la pista de las segundas unidades, el equipo madrileño se vio desbordado por el vendaval ‘taronja’. Guiado por un clarividente Guillem Vives y con Will Thomas y Rafa Martínez como brillantes ejecutores, el Valencia empezó a castigar sin piedad el aro visitante. Y el Real Madrid se desmoronó. Ni el regreso de los titulares le permitió recuperar las pulsaciones. Centrados en criticar la labor de los árbitros, los jugadores madridistas y su técnico perdieron unos minutos preciosos y de los veinte puntos que tuvieron de desventaja, apenas les dio tiempo a recortar tres antes del descanso, al que el Valencia se retiró con una Fonteta que se dividía entre los que se frotaban los ojos y los que no querían mirar.
Pero el pasado reciente del Valencia, la derrota ante el Unicaja en la final de la Eurocopa, avisaba que no había nada ganado. Así fue. El Madrid jugó la misma última carta que el equipo malagueño: una zona. Y a punto estuvo de salirle bien. Refugiarse en el triple no hizo más que poner nervioso al Valencia que vio como Llull iba recortando poco a poco su ventaja hasta dejarla en seis puntos. Pero los locales aguantaron la presión. Sikma ayudó a desentrañar esa zona, sus rebotes y los de Dubljevic dieron aire al Valencia y un par de acciones acabaron de sacar del pozo al equipo valenciano, que empezó a elevarse inmediatamente hasta llegar al cielo