Paulinho, a la cola de Verratti
El brasileño no tiene condiciones para ser el Plan B del italiano. Uno es pulmón, el otro alma. El Barça, con 50 días de mercado por delante, no tiene prisa porque necesita la pausa de Marco
Si uno observa el currículum de José Paulo Bezerra Maciel Júnior -que en quince días cumplirá 29 añoscuesta tanto trabajo entender que Paulinho haya sido 41 veces internacional con Brasil, como que el Barça esté dispuesto a invertir veintitantos millones de euros en él. Prácticamente el doble de lo que los chinos pagaron al Tottenham en julio de 2015. Lo que sí se comprende es que el futbolista, según sus propias palabras, esté deseando que el traspaso, la oportunidad de su vida, se concrete cuanto antes.
En el Camp Nou, sin embargo, no tienen tanta prisa. Más bien ninguna. Marco Verratti no condiciona todo y el puesto del brasileño está jugando el recién renovado Ivan Rakitic. El nuevo, aunque repetido, cromo del mercado blaugrana, ha jugado en Guangzhou Evergrande, Tottenham, Corinthians (2 veces), Coimbra, Audax (3 etapas), Bragantino, Lodz y Vilnius. En ninguno más de tres temporadas. En la mayoría, solo una. El Barça, sin embargo, valora su condición de futbolista de equipo. Un jugador completo que lo mismo sirve para un zurcido en defensa que para un descosido en ataque. Su papel en el del Barça, como muchas veces el de Rakitic, sería ser guardaespaldas de Messi, Suárez y Neymar. Y sí se puede, factor sorpresa en ataque.
Con el croata funcionando bien, con André Gomes manteniendo el papel de gran apuesta de futuro, con Sergi Roberto otra vez centrocampista, con confianza en Rafinha, con Denis Suárez convencido de su nivel y, por supuesto, con Busquets e Iniesta, uno piensa que lo que necesita Valverde en el centro del campo que quiere potenciar, es más la pausa y el toque de Verratti que músculo de Paulinho porque esa cualidad la pueden aportar otros futbolistas de la plantilla. Claro que también hay otra forma de verlo Puede que alguno de los jugadores que ya estaban aquí la pasada temporada, no esté en la próxima y Paulinho, si viniese, lo hiciera para tapar ese hueco, no como Plan B de Verratti porque, por sus cualidades futbolísticas, no puede serlo de ninguna manera. Puede ser pulmón pero no alma. Dicho más groseramente y exclusivamente como metáfora, el mantel (Verratti) siempre puede ser trapo( Paulinho) pero el trapo no puede ser nunca mantel.
Preguntando por todo eso en Can Barça, ayer aclararon que la intención sigue siendo esperar a Verratti hasta el último momento porque la realidad es tan cambiante, que si el viernes - con el jugador entonando el mea culpa por su desafío al PSG - parecía imposible firmarlo, el domingo volvía la esperanza. El cambio de táctica, la renuncia al pulso con su club para seguir el camino reglamentario, alivia el escenario.
Las últimas informaciones ya no hablan de portazo absoluto a la negociación. La más que posible llegada de Mbappé a París, abriría el diálogo directo Josep Maria Bartomeu-Nasser Al-Khelaïfi. L’Équipe del domingo iba más lejos y ponía precio al futbolista italiano: entre 70 y 100 millones. Hay partido, hay verano. Quedan 50 días para el cierre del mercado