Federer, a su 11ª final sin ceder set
Buscará mañana su 8º título de Wimbledon ante Cilic
Roger Federer se metió ayer en su 11ª final de Wimbledon sin ceder ni un set, demostración del altísimo nivel al que está jugando a sus 35 años. El heptacampeón batió a un bravo Tomas Berdych –7-6 (4), 7-6 (4), 6-4 en 2h.18’– en una semifinal jugada a palos y aspirará mañana a su octavo título en la ‘Catedral’ ante Marin Cilic, que se impuso a Sam Querrey por 6-7 (6), 6-4, 7-6 (3) y 7-5 tras 2h.56’.
Federer suma siete títulos (2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2009, 2012) y tres finales (2008, 2014, 2015). El suizo domina (6-1) al croata, cuya única victoria, en las semifinales del Open de EE.UU.’2014, fue capital para él: su único Grand Slam.
El helvético intentará elevar su récord a
19 títulos ‘grandes’ en un 2017 prodigioso para él después del parón obligado por lesión de la temporada pasada: Roger sólo ha perdido dos partidos de 32 jugados, ante Donskoy (Dubai) y Haas (Stuttgart), y ha levantado ya cuatro trofeos: el Open de Australia, donde logró su 18º ‘grande’, dos torneos Masters 1.000 (Indian Wells, Miami) y el ATP sobre hierba de Halle antes de llegar a Wimbledon.
Federer ofreció en semifinales otra muestra de su calidad ante un Berdych que se puede reprochar pocas cosas, ya que resistió firme los durísimos intercambios. En esencia, la mayor resolución de Federer en los momentos decisivos, sobre todo los dos tiebreaks, decantaron la balanza a su favor.
Cuatro aces consecutivos
El suizo rompió por primera vez el saque de su rival en el quinto juego (3-2), pero Berdych demostró actitud al devolverle el ‘break’ en el octavo (4-4) a pesar del dominio de Roger. Federer estuvo más vivo después en el desempate, resuelto con el mismo marcador en una segunda manga sin roturas por ningún bando: 7-6 (4) y 7-6 (4).
El suizo también solventó con ramalazos geniales los puntos más comprometidos, como en el sexto juego del tercer set, cuando ofreció un festival al salvar un 1540 adverso con cuatro aces consecutivos para mantener el saque. Una reacción alucinante que colocó el 3-3, antesala del break que él sí concretó en el juego siguiente: 4-3 y a volar hacia la victoria.
Los dos tenistas protagonizaron un partido de palos en cada peloteo, un tenis de mucho riesgo que, sin embargo, controlaron bien en su número de errores no forzados teniendo en cuenta la velocidad de la bola: 20 el suizo y 19 el checo. Ambos estuvieron sólidos con el saque (67% y 62% de primeros) para ganar el punto o construir después la jugada ganadora. Federer, eso sí, marcó diferencias en los golpes ganadores (53-31).
El helvético incrementó su ascendencia sobre Berdych (19-6) y envió un mensaje muy claro a su próximo rival: Cilic deberá hacer seguramente el partido de su vida si quiere aguar la fiesta a Federer en su jardín predilecto, la hierba de la pista central de Wimbledon en la que se desenvuelve tan cómodo como en el salón de su casa