Contador renace y lanza a Landa
Barguil se llevó la etapa en un día en el que Contador y Quintana resurgieron, Landa se reivindicó y Aru mantuvo el maillot de líder
Con el cuerpo y el alma doloridos por no poder demostrar en la carretera el potencial acumulado en la preparación del Tour, Alberto Contador tiró ayer de casta. Atacó, movió la carrera y quién sabe si fruto de su descaro y de su forma de entender el ciclismo dibujó un final inesperado en el desenlace de la ronda gala, que ayer disputaba su 13ªetapa. Una jornada corta –la de menor kilometraje, 101 kilómetros–, con tres puertos de 1ª categoría y un final en descenso de 27 kilómetros. Un escenario ideal para que una escapada como la que protagonizó Contador, gestada al final del primer puerto, Col de Latrape, y que marcaría el desenlace de la etapa. En cuanto Alberto demarró a su rueda se pegó Mikel Landa, que iba a ser su sombra todo el día. Durante muchos kilómetros Landa fue a su rueda, sin relevar, hasta que decidió colaborar y caminar juntos hasta la meta de Foix. Por detrás, Quintana se apoyó en Betancur para buscar otra escapada, ideada en Col d’Agnes, segunda cota.
A partir de este punto la pizarra de la etapa era apasionante, con Landa y Contador en cabeza dándolo todo, con Quintana, Barguil y Kwiatkowski yendo a su caza y con el grupo de los favoritos manteniendo una calma inicial que se rompió en las rampas más duras del Mur de Péguère, tercer puerto. Por su forma de montar Chris Froome da muchas veces la sensación de ir atrancado, y en la subida al muro final por momentos lo parecía, pero, dolido en su orgullo tras perder el liderato a manos de Fabio Aru, el británico atacó varias veces. No fue el único que lo probó, pero las fuerzas están muy parejas y al paso del techo de Mur de Péguère Froome, Aru, Bardet y Urán iban a rueda.
La carrera estaba muy interesante. Landa, a 2’55” del amarillo, no dejaba de dar pedales, más aún después de que Barguil y Quintana se unieran a él y Contador. Mikel nunca llegó a ser líder virtual, pero por detrás Froome ya se encargó con sus ataques subiendo y bajando de cortar esta opción. Fue, por fin, una jornada limpia, sin caídas, en la que Barguil fue el más listo. Rey de la montaña, no se desgastó en los kilómetros finales y negoció como nadie las curvas previas a meta, logrando su primera victoria en el Tour en el día nacional de Francia, por delante de Quintana y Contador.
El grupo de los favoritos llegó a 1’48” y tras la 13ª etapa el Tour queda en un pañuelo, con los cuatro primeros en 35”, con Quintana que recupera sensaciones y se engancha a la carrera, con Froome que sí, ataca, pero ya no se va de sus rivales como antes y con un Mikel Landa que conserva la gasolina del Giro. En meta el vasco negó ir a por el maillot amarillo, pero de momento está ahí, en la re cámara del Sky, a1’ 09”d el líder, a la espera de lo que pueda suceder de ahora en adelante. Contador, de nuevo, haciendo de las suyas y quedan muchas etapas