Mundo Deportivo

“OJALÁ ÚN DÍA LLEGUE A SER LO QUE ES PIQUÉ”

- Aquiles Furlone

Santiago Bueno (Montevideo, 9/11/98) llegó al FC Barcelona a finales de enero, hace casi seis meses, con proyección de futbolista de elite y un físico y estilo de juego que invitan a ver en él a un posible sucesor de Piqué. Llamativam­ente maduro para su edad, el central todavía juvenil, que hoy inicia la pretempora­da con el Barça B, esquiva todo tipo de presiones y prefiere avanzar paso a paso, aunque no deja de soñar con estar en el primer equipo y triunfar en la absoluta celeste tras integrar el once ideal del último Mundial Sub-20 de Corea del Sur.

¿Qué tal en el Mundial Sub-20?

Fue algo único. Jugar un Mundial es algo muy lindo, aunque nos quedamos con un poco de gusto amargo. Estábamos muy ilusionado­s y se nos fue por unos minutos el objetivo de llegar a la final (cayeron por penaltis en semifinale­s, ante Venezuela, que logró el 1-1 en el añadido), pero nos quedamos tranquilos porque dejamos todo en la cancha.

Fue elegido en el once ideal.

En lo personal me puso muy contento. Le tengo que estar agradecido a mis compañeros, a todo el equipo, porque sin ellos no hubiera podido estar ahí.

Uruguay tiene futuro.

Sí, hay jugadores muy buenos, de muy alto nivel. Algunos ya estamos en Europa y otros están a punto de emigrar.

¿Es muy distinto el papel con su selección al que hace en el Barça?

Creo que no, porque Fabián (Coito, el entrenador del Sub-20 uruguayo) tenía una idea no tan parecida a lo que normalment­e se hace en Uruguay, sino más similar a lo del Barça, sobre todo con la salida del fondo y eso de intentar iniciar el juego con los mediocentr­os.

¿Se siente cómodo con ese estilo?

Sí, me gusta mucho ese estilo de juego, siempre lo observé y siempre me atrajo. Y antes yo jugaba de volante central, así que siempre me gustó tener mucho contacto con la pelota. Ahora que lo puedo hacer en el Barça, genial.

¿Notó que su juego incorporó conceptos desde que es azulgrana?

Sí, pienso que sí. El Barça me ha ayudado mucho en ese sentido. Desde el juego, en lo que más lo noto es en la salida del fondo, en la confianza con la pelota, algo fundamenta­l. En el físico me siento mucho mejor que antes. Y sentí la madurez que da llegar a Europa.

¿Es consciente de su evolución?

En la selección me lo recuerdan. Incluso la familia y la gente cercana me dijo que me vieron mejor. Íntimament­e me doy cuenta del crecimient­o que en estos pocos meses ya tuve. Espero seguir así.

¿Con qué se encontró en el Barça?

Me imaginaba muchas cosas, y cuando llegué pude comprobar que era cierto todo lo que me decían, que es un club muy grande y muy profesiona­l. Desde el primer día me acompañaro­n de la mejor manera, me ayudaron a adaptarme bien y estoy muy contento con el club.

¿Cómo lo recibió su entrenador en el Juvenil A, Gabri García?

Muy bien. Él había jugado con Suárez en el Ajax y creo que había hablado algo con Luis antes de que yo llegara. Creo que eso ayudó. Poco a poco me iba explicando la idea, a qué aspiran ellos y todo lo que es el FC Barcelona.

¿Empezó a jugar apenas llegó?

Fue bastante rápido, sí. Los papeles se hicieron enseguida y a los pocos días ya estaba en condicione­s de jugar tanto en la Youth League como en el Liga. Jugué algún día de suplente pero por suerte tuve bastante continuida­d como titular.

Y se dio el lujo de festejar un título.

Sí, la Liga. Teníamos una ventaja buena y fue una alegría grande. En la Youth League perdimos en semifinale­s contra el Salzburgo, luego campeón.

¿Se adaptó rápido al estilo Barça?

Llevó un tiempo, porque uno estaba acostumbra­do a otra cosa en Uruguay. Pero creo que lo que me ayudó mucho fueron las ganas que yo tenía de adaptarme rápido. Y lógicament­e toda la estructura del club, todo el cuerpo técnico, que también se ocupó de eso.

¿Se respira la cultura Barça?

Sí, yo viví en La Masía en este primer período. Ahora, cuando regrese, ya alquilaré un departamen­to para estar con mi familia. Pero allí me hicieron sentir como uno más, como si hubiera estado ahí toda la vida.

¿Le sorprendió el nivel?

El nivel es muy alto y ya el día que llegué me sorprendí por lo que vi.

¿Cómo lo tienen considerad­o?

Me recalcan mi humildad y el hecho de ser una buena persona. En cuanto a lo futbolísti­co me apoyan y empujan hacia adelante en todo momento.

¿Se ve llegando al primer equipo?

El deseo de estar ahí siempre está presente. Pero con la conciencia tranquila y los pies en la tierra, sabiendo que es muy difícil, aunque no imposible.

Su nombre se ha mencionado como un posible sucesor de Piqué…

Se ha comentado, sí, puede ser por la altura o las caracterís­ticas de juego. Lo veo como una estrella y un modelo a seguir, y ojalá algún día llegue a ser lo que es él. Pero vo tranquilo, paso a paso.

¿Cómo se vive la felicitaci­ón de un compatriot­a y crack como Suárez?

Es una persona muy grande y a mí particular­mente me ha apoyado mucho, incluso desde antes de mi llegada. Me mandaba mensajes, me decía que íbamos a tener tiempo de conversar sobre lo que es el Barça y demás. Me ayuda en todo momento. Fue un respaldo muy grande para mí.

¿Se ven en Barcelona?

En el club no nos cruzamos, sobre todo porque entrenamos a la misma hora. Pero después, en la vida cotidiana, me ha invitado a ir a su casa, a cenar o a charlar un rato. Siempre está encima, me manda mensajes, me pregunta cómo estoy o si necesito algo. La cena fue una especie de bienvenida. Allí nos presentamo­s, personalme­nte no nos conocíamos. Fue muy lindo eso.

¿Se cruza con otras estrellas?

Tuve la ocasión de ver a Messi, pero no me acerqué a saludarlo, no me gusta molestar. Quizá más adelante, cuando tome algo más de confianza, me anime.

El Atlético de otro compatriot­a suyo como Godín le quiso también...

En un principio, antes del torneo Sudamerica­no, se habló con bastante firmeza que yo podía ir al Atlético, pero al final el que concretó todo más rápido fue el Barça. Y fue el que más me gustó también. Son dos equipos muy grandes. Fue lindo decidirlo y complicado a la vez. Lo conversé con mi familia, con mi grupo empresaria­l y entre todos decidimos. Creemos que fue lo mejor.

¿Cómo van los estudios?

Me quedaron tres materias para terminar el secundario (instituto). Lo quiero hacer. Si puedo en Barcelona, bien, y si no lo haré con algún módulo a distancia. En estos meses en La Masia lo que hice fue estudiar catalán, un idioma muy interesant­e, y sería buenísimo aprenderlo bien en un futuro.

No es tan normal tanto aplomo a su edad. ¿Le sorprende su madurez?

Eso tiene que ver con la forma en que me criaron mis padres, con mis hermanos, que son todos más grandes, y quizá también por el hecho de haberme ido tan joven y solo a Europa.

Viene de familia muy futbolera.

Sí. Tengo un hermano (Gastón) que juega de zaguero en Montevideo Wanderers, en la Primera de Uruguay. Tiene 32 años y siempre lo he seguido y admirado. Al jugar en el mismo puesto, él y sus consejos han sido de mucha utilidad para mi desarrollo. Después tengo un primo (Gonzalo) que actualment­e está en Defensor Sporting y que jugó con Uruguay un Mundial sub 20 en el que perdieron la final contra la Francia de Pogba (Turquía 2013).

La última: ¿cuál es su sueño?

Lo más importante ahora es que pueda jugar en el Barça, tener minutos en el B, y después, con el paso del tiempo, llegar al primer equipo es el gran objetivo. Luego, jugar en la selección mayor de Uruguay sería todo un orgullo, un sueño como para todo uruguayo

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FOTO: MD Santiago Bueno, con Gerard López y su representa­nte el día de su llegada a la Ciutat Esportiva de Sant Joan Despí en febrero

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