Hay vida después de Neymar
Hay futbolistas con nivel Barça y que, a diferencia de Verratti, tienen cláusula de rescisión. Y muy por debajo de los 222 millones del brasileño
Real Madrid y Chelsea han confirmado el traspaso de Álvaro Morata (24 años) al club londinense, una operación que se cerró en 80 millones, más otros 5 en variables. Una cifra que convierte al delantero en el español más caro de la historia y que sirve como baremo de mercado. Un mercado en ebullición por la ambigua posición de Neymar (25).
La cláusula del brasileño en el Barça está en consonancia con los precios de los futbolistas ‘Alt standing’. Si Morata vale 80 +5, Ney vale 222. Es un jugador consagrado, ha marcado cientos de goles en la élite y se da por seguro que todavía está en fase de crecimiento. No es de extrañar, por tanto, que si alguien tiene, nunca mejor dicho, la fortuna de estar en disposición de realizar semejante inversión, se plantee la posibilidad de firmarle aunque eso, cláusula más salarios, dispare los números por encima de los 500 millones.
Uno de los que puede, de los pocos clubs que tiene al dinero por castigo, es el PSG y ahí está, tonteando o preparando el terreno. Algo perfectamente lógico. Lógico porque el Barcelona, si Verratti tuviera cláusula, ya habría pagado los 80 0 100 millones y Marco estaría a las órdenes de Valverde. El problema es que el talento italiano no tiene cifra liberatoria y como el PSG no quiere venderle, de momento, no hay nada que rascar por más que haya parecido, o el propio Barça entienda, que el jugador quería venir al Camp Nou
Otra cosas sería que Verratti ,esun suponer, entrara en la operación Neymar. Y otra cosa es la desigualdad de condiciones en la está compitiendo el Barça. En París no hay cláusula que valga pero aquí. Marco no tiene precio; Ney, sí. Por tanto, en Barcelona decide el jugador. Si Neymar quiere quedarse, se queda aunque el PSG tenga los 222 a tocateja o fraccionados en especies (léase Verratti y/o Di María). Se quiere irse, se va. Y punto. Las leyes del fútbol son así.
Y siendo así, es de suponer que Robert, Pep Segura y compañía tienen un alternativas por si el show de los Neymar acaba en París. La obligación de los técnicos es ofrecer soluciones a cualquier circunstancia que la dirigencia no tuviera prevista. Y para este caso, las hay. Hay futbolistas con cláusula (Griezmann) o sin ella (Dybala) con nivel para jugar en el Barcelona. Y sobraría dinero para plantearse a Saúl ,a Dembélé... Eso sí, teniendo presente que no hay que gastarse el dinero a lo loco. Como en 2000. ‘Un cas com un cabàs’ que merece capítulo aparte