Las dos caras del problemón
¿Qué temen más los rivales? ¿Un Barça con Neymar o un Barça con Messi, Suárez y 222 millones extras para salir al mercado y comprar lo que necesite?
Paco Alcácer (30 millones de euros), Denis Suárez (3,25), Samuel Umtiti (25) Lucas Digne (16,5), André Gomes (35 millones) y Jasper Cillessen (13). El verano pasado, el Barça invirtió, con los variables de cada operación, más de 120 millones en refuerzos y la política de entonces fue firmar fondo de armario, suplentes, porque varios de los que pudieron venir con opciones de ser titulare, declinaron el pulso con los indiscutibles. Particularmente con los tres de arriba.
Robert Fernández, a lo largo del curso, admitió que hubo futbolistas que le dijeron que no. La negativa que más le dolió, la que aún le duele, fue la de Ousmane Dembélé, que con apenas 19 años acabó firmando por el Dortmund en una operación que se cerró en 15 millones. El chaval, con Messi, Suárez y Neymar, argumentó que a su edad no podía estar parado y que con esos tres bichos delante pasaría más tiempo en el banquillo y/o en la grada que en el campo.
Hubo más casos y, en todos, idéntica explicación. Un razonamiento que un año después, con Neymar más cerca del PSG que del debut en Liga contra el Betis, sería muy distinto. Para confirmarlo, solo hace falta echar un vistazo a los medios internacionales para ver cómo de rápido se están moviendo los agentes de los cracks. La posibilidad de encontrar un hueco en el tridente del Barça ha puesto en alerta al mercado ya los mercaderes.
Leemos,por ejemplo, declaraciones de Dybala - recientemente renovado por la Juventus - abriendo la puerta a un diálogo con el Barça. Y en Francia, con Madrid y City negociando a toda máquina con el Mónaco por Mbappé, también sale en todas partes que esta joya valorada en 180 millones estará en el punto de mira del Barcelona en cuanto Neymar diga que se quiere ir a Paris. Y hay más, Dembélé sabe que si llega ese caso habría un sitio para él en el tridente y hasta un hombre vinculado siempre al Madrid, Hazard, aparece en Inglaterra como alternativa a Neymar.
Todo esto, no obstante, no esconde la parte negativa del asunto. El enorme follón de Neymar no está siendo bueno para nadie pero ahora lo que urge es solucionarlo y acabar con el desgaste. Desde que se apuntó su posible salida, directivos, ejecutivos y compañeros han tratado de convencer a Neymar de que en ningún otro club va a estar mejor que aquí. El silencio del brasileño demuestra que ni unos ni otros lo han conseguido. Es hora, pues, de asumir que este chico, por los motivos que él considere oportunos, está más fuera que dentro.
Hablábamos ayer de que el Barcelona le marcará unos plazos para el martes, cuando debe haber vuelto de su bolo publicitario en China, y ayer desde el club insistían en que este caso no puede prolongarse más de una semana. El único futbolista del mundo por el que se puede y se debe estar pendiente hasta que haga falta es Messi. El resto, como diría Sampaoli, todos son evaluables y Neymar no es otra excepción.
La positivo, porque la moneda también tiene otra cara, es lo otro. Que el Barça, perdiendo un gran futbolista, un excepcional jugador, se encuentra con una fortuna tremenda. ¿Qué prefieren los rivales. ¿Un Barça con Ney o un Barça con 222 millones extras?