Mundo Deportivo

400 estilos, el ejemplo que define una carrera

La persistenc­ia y el deseo de mejora, los avales de Belmonte para hacer historia

- Marta Pérez

La actuación de Mireia Belmonte en el Mundial de Budapest ha sido un fiel reflejo de lo que sucedió en los Juegos Olímpicos de Londres: reponerse a lo grande a un mal inicio. Y, si hay una prueba capaz de reflejar esta caracterís­tica en Mireia, esta es la que ayer le dio su tercera medalla en Hungría, la de 400 estilos.

Belmonte siempre ha sido una nadadora destacada en esta disciplina. Pero entre ser una muy buena nadadora o una excelente hay un paso importante. Mireia ya demostró su potencial muy joven, con un título mundial júnior en “su” Río de Janeiro en 2006.

Sin embargo, los problemas llegaron en el paso al nivel absoluto. Su gran salida de los virajes siempre le hizo brillar en esta prueba en piscina corta. Sin embargo, sus problemas en el tramo de espalda le penalizaba­n en larga. Como muestra de ello, dos recuerdos dolorosos: la cuarta plaza en un Mundial de Shanghai 2011 que pudo avanzar su explosión y la octava plaza en Londres 2012 en su primera final olímpica.

En la piscina inglesa, tras aguantar en la mariposa, la espalda le hizo perder una cantidad importante de posiciones que le dejaron sin margen de reacción antes de sus dos mejores tramos, los de braza y crol. Sin embargo, Belmonte reivindicó ayer que los problemas en esta prueba ya forman parte del pasado.

Los datos demuestran lo que le ha costado. Mireia se estrenó en un gran podio internacio­nal en 200 mariposa y en 200 estilos en el Campeonato de Europa de 2008; en 400 libre y en 1500 libre en el Europeo de 2012 y, en 800 libre, en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. En 400 estilos, no lo hizo hasta el Mundial de Barcelona 2013. Su plata en el Mundial de casa sirvió para refrendar su gran mejora en esta modalidad. En parte, porque ha sido capaz de minimizar las pérdidas en espalda para después exhibirse en la braza y en el crol.

La mejor prueba de ello se vio ayer. Su segundo 50 de espalda en la final fue brillante para sus caracterís­ticas y le permitió mantener una tercera plaza que después le catapultó a la plata. Una medalla que le sirvió para mantener el idilio con los 400 estilos que ha fraguado en los últimos años.

Mireia tardó mucho en estrenarse en un gran podio de esta modalidad, sí. Pero desde que lo hizo no se ha bajado de él: plata mundial en 2013, plata europea en 2014, bronce olímpico en 2016 y plata mundial ayer, los cuatro grandes campeonato­s en los que ha nadado esta prueba tras los Juegos de Londres. Todo ello, gracias a trabajo, trabajo y más trabajo. Belmonte logró ayer no solo mejorar en la espalda, sino convertir su segundo 50 en clave para colgarse la plata. Su continua progresión en los 400 estilos es la mejor ejemplific­ación del deseo de mejora constante de Mireia

La prueba que le penalizaba en el pasado es hoy una fuente de medallas

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Caeleb Dressel, siete oros como Phelps. Sin duda, el hombre del Mundial FOTO: AP
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Mireia Belmonte ha sumado tres de sus seis medallas mundialist­as en estilos FOTO: GETTY

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