TRIUNFO DE EQUIPO
Vettel logró una victoria agónica tras sufrir problemas en el volante después de una gran salida Raikkonen, determinante olvidándose de atacar a su compañero y ejerciendo de ‘tapón’ ante Hamilton
Dicen que la F1 es un deporte individual, en el que el compañero de equipo no es más que el primer rival, y que la mayoría de pilotos son egoístas por el simple hecho de que llevan batallando durante toda su vida solos, encima de un kart y en un monoplaza. Pero lo visto este domingo en el GP de Hungría demuestra que este deporte es mucho más que eso, con Raikkonen haciendo una función vital para que Vettel ganara, tirando a la basura sus grandes opciones de triunfo. El finlandés realizó una enorme tarea de equipo al proteger a su compañero del acoso de los Mercedes para que Ferrari lograra un doblete por delante de Bottas (3º) y Hamilton (4º).
El gran trabajo de Kimi permitió a Sebastian sumar su cuarta victoria del año para marcharse de vacaciones más líder del Mundial, con 14 puntos de ventaja sobre Hamilton. El teutón sufrió para alcanzar la meta en primera posición, con problemas en su volante y en la dirección, pero con la espectacular ayuda de su escudero finlandés, se libró de lo que podía haber sido un desastre en un día que parecía propicio para un doblete de los de Maranello sin apenas despeinarse.
Vettel sufrió
Prueba de fuego para el tetracampeón del mundo de F1 superada con éxito. Tras una gran salida y un ritmo vertiginoso al principio de carrera, todo se torció para el alemán, que vio peligrar seriamente su victoria cuando se percató de un problema en su volante, que se le iba hacia el lado. Vettel tuvo que mantener la calma y pilotar lejos de los pianos, sabiendo que por detrás le ‘cazarían’ rápidamente debido a que estaba rodando a ritmos similares a mitad de parrilla. pero fue ahí cuando Kimi entró en acción. El ritmo de Raikkonen era infinitamente superior, pero se mantuvo en la segunda plaza actuando del escudero más fiel de ‘Seb’. Sufría mucho tras el alemán, con aire sucio, degradando más de lo debido sus ruedas, y teniendo que aguantar el acoso de Hamilton, pero se defendió con uñas y dientes.
Las opciones en carrera fueron de menos a más para el de Stevenage, que no se atrevió a pasar a Bottas en la salida y esto le costó la posición con Verstappen,que fue a por todas con otro gran arranque. El holandés iba tan cegado por sus ansias de podio que se chocó con su compañero Ricciardo, al que obligó a abandonar. Sea por “inmadurez” como dice el australiano, o por la ambición que le caracteriza, ello le costó la carrera al holandés, que fue penalizado con 10 segundos. Max dejaba así a Bottas y Hamilton justo detrás de los Ferrari, y Valtteri, com Raikkonen, tuvo que dejar pasar a su compañero para que el de Stevenage, con mejor ritmo, fuera a por los dos coches de Maranello.
El inglés lo intentó en el último tramo de carrera enseñándole el morro al finlandés de Ferrari sin suerte. El tapón que ejerció Kimi fue magistral y Lewis, al ver que no podía pasar al veterano piloto, decidió cumplir con la promesa un poco antes, sorprendiendo a los presentes devolviéndole la posición de podio al ex de Williams en otra muestra más de compañerismo y deportividad en este GP de Hungría. Noble gesto del inglés, consciente de que el podio era de su compañero y le concedió dicho honor pese a que le costara unos puntos valiosos en la pugna por el título