Coutinho, un comodín total
El brasileño comenzó por detrás de las puntas en el centro del campo y acabó en el tridente atacante por la izquierda, en la posición de Neymar
Coutinho es la clave del ataque del Liverpool y de ahí que se puede comprender que Klopp no quiera venderlo. Es su comodín en la zona donde el fútbol es decisivo, de medio campo hacia arriba. Puede que no marque muchos goles, que parezca incluso que esté como distraído en el campo, pero lo que saben sus compañeros y sus rivales es que cuando él tiene el balón en los pies algo va a pasar.
Esa magia con el esférico y su visión de juego la aprovechó Klopp en la primera mitad colocando a Coutinho en el centro del campo, por detrás de los puntas. El Liverpool, ordenado atrás, buscaba el error del Bayern para salir rápido a la contra y ahí era clave Coutinho. Todos los balones pasaban por sus botas y él decidía si pausar el juego o darle más velocidad con un pase en profundidad o marchándose hacia el área contraria. Ahí es donde se vio su fútbol brasileño que parece para los europeos un poco lento o desganado sin el balón con los pies, pero con él, Coutinho se transforma en un animal del fútbol manejando todos los aspectos ofensivos del juego.
Con esa táctica, el Liverpool llegó al descanso ganando 0-2 al Bayern y con el pase a la final de la Audi Cup casi resuelto. En ese contexto, Klopp decidió volver a echar mano de la versatilidad de Coutinho y pasó de ser un ‘Iniesta’ a ser Neymar, el jugador por el que podría llegar al Barcelona. El brasileño se situó pegado a la banda izquierda y ahí Klopp buscó su desborde en la banda y no desgastarlo más físicamente a quitarlo del centro del campo donde tuvo muchísimo protagonismo. Todo eso, sin olvidar sus arrancadas desde atrás que siempre generaban peligro. Desde esa banda izquierda, Coutinho buscaba casi siempre irse al centro para buscar el disparo con la derecha .
El ‘10’ del Liverpool se fue del campo en el minuto 78 de partido y se fue pausadamente, como parece que está en el campo cuando no tiene el balón. Se fue escuchando la ovación de su afición, la del Liverpool que le idolatra. Con sus medias a media altura parece un jugador brasileño de los de antes, no tan atléticos, pero de los que sabes que tiene magia en sus botas. Aunque tampoco todo van a ser halagos. Su punto quizás más flojo es a la hora de defender. Hace bien las coberturas, está atento a las subidas de los laterales, pero le falta un poco más de contundencia