La gran noche de Kukoc
Metió ante Estados Unidos 37 puntos gracias a 11 de 12 triples
Bormio, 1 de agosto de 1987, 22.00 horas. Árbitros: Lubomir Kotleba (Checoslovaquía) y Nar Zanolin (Canadá). Cuarta jornada del grupo A en el Tercer Mundial júnior en Bormio, Italia. Los rivales: Yugoslavia, campeón de Europa, y Estados Unidos, doble campeón del mundo en esta categoría en las dos ediciones anteriores, en Brasil 1979 y en Palma de Mallorca 1983. Unos 3.000 espectadores se convirtieron en testigos directos de la increíble actuación de un jugador de inmenso talento. Su nombre, Toni Kukoc, entonces todavía un chaval de 19 años, pero ya dueño de una medalla de bronce ganada en el Europeo sénior tres meses antes en Atenas, donde también estuvieron los júniors Vlade Divac, Sasha Djordjevic y Dino Radja.
En tres primeras jornadas ambas selecciones habían ganado sus rivales y estaba claro que el campeón del grupo se decidirá en ese duelo directo. Lionel Simmons abrió el marcador con un tiro libre, Stephen Thompson aumentó ventaja de su equipo, pero respondió Vlade Divac con la primera canasta de Yugoslavia. En el minuto tres apareció por primera vez Toni Kukoc, anotando su primer triple, pero en ese momento nadie hubiera podido imaginar lo que vendría luego. En el minuto 7 (1716), Kukoc acertó con su segundo triple, en dos siguientes metió dos más, luego otro más, el cuarta… En el minuto 11 Yugoslavia ganaba por 29-23 y en el descanso su ventaja era de 10 puntos, 52-42.
En la segunda mitad Kukoc tardó siete minutos en meter otro nuevo triple, pero Yugoslavia seguía aumentando su ventaja y acabó ganando por 110-95. Kukoc acertó 11 de sus 12 tiros de tres puntos, más una canasta de dos y dos tiros libres. En total, 37 puntos.
El equipo americano estaba compuesto por varias futuras estrellas de la NBA, pero en Bormio todavía eran talentos universitarios, sin experiencia en el baloncesto internacional.
Hablé varias veces con Kukoc sobre este partido y siempre reconoció que nunca en su brillante carrera repitió un partido como aquel. En la NBA su máximo número de triples anotados fue de siete, pero aquella noche en Bormio, como él mismo dice, “tenía la sensación de que estaba tirando a una piscina y que el balón entraría incluso tirando con una pierna“.
Como se esperaba, Yugoslavia y Estados Unidos se impusieron a sus rivales en semifinales, Alemania e Italia, y se vieron las caras otra vez en la final. Svetislav Pesic, seleccionador de Yugoslavia,
Divac, Djordjevic, Radja... La selección júnior de Yugoslavia era un equipazo
sabía que su colega Larry Brown no iba a repetir error del primer duelo dejando tanto espacio para Kukoc en el perímetro, así que ordenó apostar por el juego interior, dando balones bajo el aro a Divac y a Radja. En primera mitad los americanos jugaron mejor y por primera vez en el torneo los yugoslavos perdieron los primeros 20 minutos (40-43) pero en la segunda mitad pusieron en práctica el plan de Pesic y ganaron por 86-76 con 21 puntos de Divac, 20 de Radja, 14 de Ilic, 11 de Sasha Djordjevic y sólo 9 de Toni Kukoc.
Bormio fue la coronación de una generación que en 1985 había ganado el Europeo de cadetes, en 1986 el Europeo júnior y en 1987 el Mundial júnior. Todos los componentes de aquel equipo yugoslavo, salvo Zoran Kalpic, hicieron grandes carreras en extranjero y los cuatro mejores, Kukoc, Divac, Radja y Djordjevic, llegaron a la NBA. Un conjunto inolvidable, como aquella gran noche de Toni Kukoc aquel 1 de agosto de 1987