El Girona cae por la mínima ante un rival directo
Los madrileños vencieron con un solitario gol de Shibasaki tras un error defensivo
Bolígrafo y libreta en mano. Hizo bien Pablo Machín en tomar nota del partido ante el Getafe pues, a falta de dos semanas para que arranque la liga, el equipo aún tiene una larga lista de cosas que mejorar. Los gerundeses se enfrentaron al cuadro azulón en Puertollano, o lo que es lo mismo, un horno con casi más grados que aficionados y sabiendo que volverán a verse las caras, como mínimo, dos veces este curso.
Ambos conjuntos están llamados a ser rivales directos de nuevo, aunque pocas conclusiones pudieron sacarse de un partido condicionado por el estado del césped y el poco rodaje de los dos equipos. Una cosa sí quedó clara, Pepe Bordalás no conoce de amistosos y aplicó su ADN personal: presión e intensidad.
Salió con las ideas más claras el Getafe, presionando la salida de balón y sin dejar crear en la medular al Girona, mientras que los catalanes se mantuvieron replegado e intentaban combinar con paciencia. La más clara llegó de las botas de Aday Benítez, que intentó una vaselina que no se tradujo en un golazo por centímetros. El Girona estuvo serio en defensa, aunque al final de la primera mitad tuvo que aparecer la experiencia de Gorka Iraizoz salvando el primero para el Getafe con dos intervenciones de mérito.
En la segunda mitad, el conjunto madrileño salió con mucha más intención en busca del gol, mientras los rojiblancos se defendían como podían hasta que despertaron. Tras el primer cuarto de hora llegó el carrusel de cambios y Pablo Machín renovó prácticamente a todo el equipo titular. La posesión y las ocasiones se alternaron pero el Getafe golpeó primero a la media hora. Gaku Shibasaki le robó la cartera a la defensa y batió a Gorka marcando el único gol del partido