Mundo Deportivo

Un legado inalcanzab­le

Bolt se va con un palmarés único de títulos, récords mundiales avanzados a su tiempo y un impacto mediático sin precedente­s

- Joan Justribó

En la redacción de este diario desde hace años se forma un corrillo numeroso, silencioso y expectante ante los televisore­s cuando llega una gran final de 100 metros. Hasta hace una década, el protagonis­ta era la final en sí. Desde entonces, el grito de llamada es “ojo, corre Bolt”. Sirva este ejemplo para entender lo que ha significad­o para el atletismo el mito que corrió ayer la última carrera individual de su vida. Trascendió los límites de su deporte por su enorme superiorid­ad y por su carisma. Se le echará de menos, y es un problema. “Nos toca demostrar que somos algo más que Bolt”, dice el presidente de la IAAF, Sebastian Coe.

Porque Bolt ha sido un filón, un seductor adorable, un show constante. “Recuperó la emoción en el atletismo. Cambió este deporte”, dice Allyson Felix, 13 veces medallista en Mundiales. “Es un genio a la altura de Muhammad Ali, por sus triunfos, récords y por su personalid­ad”, ensalza Coe. “Ha sido inspirador. Ahora nos toca honrarle”, loa su teórico sucesor, Wayde Van Niekerk.

El Relámpago de Trelawny, en efecto, hizo algo más que ganar ocho oros olímpicos, 11 mundiales -que dejan en anécdota su derrota de ayer- y lograr récords del mundo cerrados con candado para bastantes años. Vendió a la perfección un producto consumible en 10 segundos, 20 a lo sumo. El ‘gif’ perfecto. No es extraño su masivo impacto en una sociedad que consume formatos breves pero explosivos. “Supo jugar con los códigos de la sociedad actual, en la que manda la imagen y la comunicaci­ón”, teoriza Vincent Chaudel, economista del deporte. Solo así se explica que por primera vez un atleta generase unas ganancias de más de 32 millones de dólares anuales (23º en la lista Forbes), y que elevase el caché por meeting en 300.000 dólares, una anomalía que no ha hecho que mejorasen los fijos del resto de atletas.

Barack Obama imitando el popular gesto de Bolt con el brazo para similar un rayo en una visita a Jamaica hace dos años es otro indicio del impacto global del mejor atleta de la historia. Un mito en vida, ajeno a la basura del dopaje, amado por el estadio. A Jesse Owens, la dureza de su época le negó el estatus de leyenda hasta décadas después, cuando el tiempo le puso en su sitio. Bolt es un mito desde el principio de su década mágica, y a partir de ahora se le evocará de forma constante.

Le ama el deporte pese a destrozar códigos, irse de fiesta, pinchar discos y acumular romances, porque ganó cuando tocaba hacerlo, pese al amargo final de ayer. Echó por la ventana la máxima de la seriedad como único camino al éxito, pero sin olvidar el trabajo. Habrá sido perezoso para competir más, dedicarse al 400 o la longitud, como le sugería su entrenador, Glen Mills, pero siempre llegó preparado

Usain ha vendido mejor que nadie un producto consumible en 10 segundos

No ha habido otro atleta con su impacto global: hasta Obama hizo el gesto del rayo

 ?? FOTO: GETTY ?? Zapatillas fuera. A Bolt le queda solo el 4x100 del día 12 para colgar definitiva­mente este par de zapatillas doradas
FOTO: GETTY Zapatillas fuera. A Bolt le queda solo el 4x100 del día 12 para colgar definitiva­mente este par de zapatillas doradas
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain