Coe asume el difícil reto de ‘olvidar’ a Bolt
“No habrá otro como él en un futuro cercano”, dice
El Mundial de Londres que ayer acabó ha vivido despedidas amargas de los dos principales referentes de la piosta en los últimos años, Usain Bolt y Mo Farah. Si la derrota en el 5.000 del británico nacido somalí entristeció al público local, mucho más traumático fue el balance de Bolt en su adiós, derrotado en el 100 y lesionado en el 4x100. La IAAF y su presidente, Sebastian Coe, variaron ayer el protocolo de la última jornada para permitir al jamaicano dar una vuelta de honor al estadio que norrase de la memoria colectiva la imagen de la lesión como su últo ‘acto de servicio’ al atletismo, pero el problema sigue. ¿Qué hacemos ahora sin Bolt?.
Coe reconoció ayer en una entrevista a ‘L’Equipe’ que la retirada de Bolt deja un vacío importante en el atletismo, tanto por sus triunfos deportivos como por su personalidad que no podrá cubrirse con alguien de su misma talla, al menos por ahora: “No habrá otro como él en un futuro cercano”, dijo el presidente de la IAAF sobre el ocho veces campeón olímpico, quien, a juicio de Coe, se va dejando una lección inportante: “Se ha acabado la época de los atletas de talento relativo sobreprotegidos por los agentes”.
El futuro del atletismo, en su opinión, depende en estos momentos en gran parte de la actitud de los atletas, en su aportación al show, un
aspecto en el que Bolt dio lecciones contínuas hasta su adiós: “Deben entender que estamos en el negocio del espectáculo”, apuntó Coe.
Los abucheos
Un negocio en el que los espectadores también tienen derecho a expresarse, señaló en referencia a los abucheos que recibió el estadounidense Justin Gatlin, dos veces suspendido por dopaje, tanto al ganar los 100 metros como en la ceremonia de entrega de medallas en estos mundiales de Londres. Coe se apartó del discurso políticamente correcto y dejó claro que no se siente cómodo con el regreso y los triunfos de Gatlin, hasta el punto de no condenar que le piten: “No condeno esos abucheos porque, para mí, la indiferencia o unos aplausos por cortesía serían un problema más grave. El mensaje, importante, es que no te libras de las decisiones tomadas, aunque sean antiguas, cuando eras joven e inmaduro, y que hay consecuencias de tus actos”