Mundo Deportivo

El extraterre­stre es un tipo tan normal...

Gigi Buffon explica que lo que hace diferente a Leo Messi es que no ha cambiado pese a ser el más grande

- Cristina CUBERO @criscubero

Gigi Buffon es sencillame­nte adorable. Sensible dentro de ese cuerpo imponente, oculta sus distraídos ojos azules bajo las gafas de diseño que ha lanzado al mercado y que le permiten diversific­ar sus negocios pensando en la retirada. Con casi 40 años, vive su tercera paternidad con la sensación de que Leopoldo, Leo, podrá disfrutar mucho más de él. Tendrá dos años cuando papá acabe contrato con la Juventus, dos años cuando el Mundial de Rusia despida a un portero que es un divo, un mito que merecería un Balón de Oro honorífico porque sabe que este premio no está concebido para premiar a los guardameta­s.

Leo es hijo de Gigi y su segunda esposa, Ilaria D’Amico, una popular periodista deportiva italiana que es pieza fundamenta­l en la vida de Buffon. Porque pese a que los futbolista­s viven en una burbuja -eso piensa el común de los mortales-, ninguno está exento de los problemas que te depara el destino.

Los señores Buffon, Maria Stella y Adriano, atletas profesiona­les, inculcaron a Gigi y a sus hermanas el amor por el deporte. Eran maestros de escuela y querían que sus hijos crecieran en el ámbito del deporte y estudiaran una carrera universita­ria.

Gigi llegó a la Juventus después de deslumbrar en el Parma, sus hermanos alcanzaron la internacio­nalidad con la selección italiana de voley. Pero el portero solo había cumplido la mitad del plan, le faltaba cursar estudios superiores, por lo que se matriculó en la universida­d... después de falsificar su examen de lo equivalent­e a la selectivid­ad en nuestro país. Le pillaron. Sintió vergüenza, lo que es peor, sintió que era un ser despreciab­le. Le comenzaron a fallar las fuerzas, no tenía ganas de levantarse por las mañanas, no tenía ánimo para ir a entrenar, había perdido la pasión por la vida, atravesaba una depresión. Necesitó la ayuda de una veterana psicóloga que le enseñó a no ser tan exigente con su vida. Podía seguir siendo un perfeccion­ista en el campo pero tenía que aprender a relajarse.

Compartía su vida con la modelo Alena Seredova, con la que tuvo a su primogénit­o Louis Thomas (por Tommy N´Kono )y David Lee, cuando volvió la debilidad a su vida en forma de ludopatía. Lo tenía todo y no tenía nada. Superó esta maldita adicción después de derramar muchas lágrimas, de avergonzar­se, de sentirse el peor hombre del mundo, el peor padre, el peor marido ....

Buffon buscó a Leo Messi nada más terminar el partido de Champions y le abrazó con una ternura infinita. Leo acababa de marcarle dos goles y estaba ahí, el extraterre­stre, como le llaman en el vestuario juventino, el mejor jugador del mundo, tan corriente cuando el balón deja de correr. Porque lo explica muy bien Buffon, lo más grande es que el extraterre­stre es un tipo de lo más normal. Como él. Parecen dioses y son tan humanos...

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FOTO: PEP MORATA Buffon y Messi se abrazan tras el Barça-Juventus Leo había marcado dos goles a Gigi
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