ESPEJISMO BALE

El galés marcó un gran gol en Anoeta, pero en su conjunto, el partido que realizó fue discreto

El gol que marcó Gareth Bale en Anoeta ha dado la vuelta al mundo. Está siendo repetido hasta la saciedad. La verdad es que no es para menos. Bale marcó un golazo a la contra, corrió a casi 36 km/hora y adelantó al defensa de la Real Sociedad que en el inicio de la jugada le sacaba cuatro metros. Fue un despliegue de velocidad, de potencia y también de sangre fría de Bale que a la hora de rematar, ‘picó’ el balón sobre la salida de Rulli.

Un golazo, se mire por donde se mire pero de ahí a decir que el gran Bale ha vuelto es exagerado. Sin duda, esa acción estará en el resumen de la temporada, pero lo que no aparecerá es el partido que hasta esa jugada realizó Bale. El galés volvió a repetir una de sus actuaciones apáticas, como si la cosa no fuese con él, como si el Real Madrid jugara a una cosa y él a otra. Bale estaba a años luz de Isco, Asensio o Modric que llevaban el peso del partido y hasta de Borja Mayoral que había marcado un gol, provocado otro y que Rulli evitó que anotara en la segunda mitad. Todo eso lo vio Bale en modo espectador privilegiado, pero implicándose más que lo justo y necesario en el juego de ataque del Real Madrid. Hay que decir que en defensa sí que apareció y hay que Gareth Bale sólo disparó una vez entre los tres palos ante la Real Sociedad. Eso sí, acabó en gol, un golazo por la jugada y la definición, pero esa estadística de un remate entre los tres palos dice bastante poco del jugador que debía llevar el peso del ataque blanco en Anoeta. Una situación que no es nueva porque en las cuatro jornadas que se llevan disputadas de Liga, Bale ha realizado un total de 10 remates a puerta de los que seis no han sido entre los tres postes. Un pobre bagaje del futbolista galés que está muy lejos de ser el jugador que el Real Madrid fichó por 100 millones de euros del Tottenham inglés

destacarlo, pero donde el Madrid espera que Bale sea decisivo es en ataque y ahí, el galés sigue desaparecido en combate, a pesar del gran gol que marcó.

Bale se jugaba mucho en Anoeta y salvó la papeleta con su tanto, pero lo cierto es que en su conjunto, su actuación fue muy discreta. Hasta el propio Zidane medio lo reconoció tras acabar el encuentro. “Para mí no es su mejor versión, sé que poco a poco vamos a encontrar a Bale, sé que puede hacerlo mucho mejor, pero hay que tener paciencia, como dije antes del partido”, sentenció el entrenador del Real Madrid, recordando lo que dijo antes del choque ante la Real sobre Bale al que, según él, aún le quedan meses para que físicamente esté como antes de la lesión de tobillo que sufrió el pasado mes de noviembre.

Cr7, presente

Bale estaba llamado a ser el sustituto de Cristiano Ronaldo en el Olimpo blanco. Para eso le fichó Florentino Pérez, pero lo cierto es que el galés no ha hecho olvidar nunca al portugués. Con la sanción de Cristiano, era el momento en el que Bale tenía que dar un golpe sobre la mesa y convertirse en el líder del equipo. No sólo no lo ha hecho, si no que ha bajado aún más su popularidad entre la afición del Real Madrid que no ha dudado en pitarle en el Bernabéu. Algo que ya ocurrió la temporada pasada y que en el arranque de la presente se ha repetido y todo apunta que la situación seguirá así. La prueba de fuego será mañana en el partido que el Real Madrid juega ante el Betis en Chamartín. Los seguidores le aplaudirán seguro por el gol que marcó en Anoeta, pero como repita sus últimas actuaciones, lo más seguro que vuelva a escuchar un concierto de pitos de su afición.

La suerte de Bale para mañana es que Cristiano Ronaldo regresa tras cumplir su sanción y ya no deberá ejercer de figura blanca. Algo que ahora mismo le queda muy lejos a Gareth Bale. No sólo porque Cristiano Ronaldo está por encima de él, si no porque Isco y Marco Asensio se han convertido en los nuevos ídolos de un madridismo que nunca ha acabado de elevar a los altares a Gareth Bale

Flojo, como los anteriores antes de la Real Sociedad

Reconoció en Anoeta que a Bale aún le queda por mejorar