La maldición de los penaltis
El porcentaje de acierto este curso alcanza sólo el 33,3%
El Girona desperdició este domingo la posibilidad de arañar un punto en su duelo contra el Sevilla al disponer del lanzamiento de un penalti en el último suspiro del duelo de Montilivi. Granell tiró a romper, con la mala fortuna de que el balón, escupido por el travesaño, se perdió por encima de un batido Sergio Rico. Era el sexto lanzamiento desde los 11 metros que no era aprovechado por los equipos de Primera esta temporada. De los 9 penaltis pitados en lo que llevamos de Liga (no se cuenta aquí el Espanyol-Celta de anoche), los lanzadores sólo pudieron transformar 3, dejando el porcentaje de acierto en un pobrísimo 33,3%. El resto fueron rechazados o detenidos por los guardametas de turno (en cinco casos) o se estrellaron en el palo (el caso del Girona).
El curso pasado, disputadas cuatro jornadas del campeonato, en Primera se habían transformado ocho de las 14 penas máximas sancionadas, lo que elevaba el acierto al 57,1%, casi el doble del actual. La puntería fue mejorando hasta alcanzar un porcentaje, a final de temporada, del 72,5%, lo que supuso transformar 87 de los 120 penaltis pitados. Habrá que esperar a que los delanteros fijen mejor su punto de mira
El Girona falló el sexto de los nueve penaltis pitados este curso en Primera División