Rayos X en los ojos
Pronosticar el alcance de una lesión cuando el jugador cojea en el césped es arriesgado
Durante la retransmisión del Getafe-Barça en beIN Sports, con José Sanchis de narrador y Áxel Torres y Patrick Kluivert de comentaristas, se produjo una situación singular justo después de la lesión de Dembélé. Cuando el francés evidenció que no podía continuar jugando, los comentaristas se dieron cuenta de que el percance revestía, seguramente, de cierta importancia. Áxel Torres, entonces, le preguntó a Kluivert: “Patrick, no sé si tú has tenido alguna lesión parecida, cuánto tiempo crees…? Habría que saber de qué grado es…”. Y Kluivert se aventuró: “Seguro que estará fuera tres o cuatro semanas…”. Y a partir de aquí, Sanchis empezó a hacer cálculos de cuántos partidos se verían afectados por la ausencia de Dembélé, si serían cinco o seis, qué encuentros eran, si había alguno de Champions…
Al día siguiente, con el parte médico oficial, vimos que las cábalas fueron inútiles y que la lesión no era la que se había intuido inicialmente basándose quizá en la reacción que tuvo el jugador del Barça en el campo, el gesto que hizo en la jugada, el nivel de dolor que exteriorizó…
No se trata de si los comentaristas han acertado o no. Al día siguiente, con el diagnóstico de los doctores, es fácil juzgar. Perfectamente, en otra ocasión, podrían haberlo adivinado y Kluivert convertirse en el superhéroe de los rayos X en los ojos. Pero es obvio que resulta algo atrevido arriesgarse a pedir pronósticos médicos y calendarios de bajas con el jugador todavía saliendo del campo cojeando, con el leve fundamento de tener experiencia previa como futbolista y valorarlo a partir de lesiones propias. La anécdota, eso sí, delata la dificultad del oficio debido a la necesidad imperiosa de los narradores de estar constantemente hablando para no crear silencios inquietantes para el espectador. Con el juego parado por una lesión, se acaba cayendo en la precipitación de aventurar en directo un diagnóstico sin pruebas médicas, sin doctores, y en veinte segundos. Y entonces, la especulación más que informar, desinforma, y se generan falsas expectativas a la audiencia