Mundo Deportivo

El año del ‘Fenómeno’

Esta semana se han cumplido 21 años del gol de Ronaldo al Compostela en su temporada en el Barça

- JOAN POQUÍ Barcelonsa

El pasado jueves, 12 de octubre, se cumplieron 21 años del golazo que Ronaldo Nazario, ‘el Fenómeno’, marcó en Santiago de Compostela, durante la temporada que jugó en el Barça, tal vez la más brillante de su carrera

Ronaldo Nazario debutó en competició­n oficial como barcelonis­ta el 25 de agosto de 1996, en la Supercopa de España, precisamen­te ante el Atlético, el rival en cuyo nuevo estadio el Barça se estrenaba ayer. A los cinco minutos Ronaldo ya había marcado. Fue el primero de 47 goles, algunos portentoso­s, de la mejor temporada de la carrera del ‘Fenómeno’. En el Inter no desplegó su juego en toda su amplitud y dos gravísimas lesiones de rodilla hicieron que el Ronaldo del Barça se apagase. Aun así, seguía siendo un goleador tremendo. En el Madrid, tras una buena primera campaña, a partir de la segunda comenzó el declive del equipo blanco en beneficio del Barça de Ronaldinho.

Ronaldo fue feliz en el Barça y en Castelldef­els, donde residía, cuando la ciudad marinera aún no había multiplica­do su población, algunos años antes de la llegada del segundo Ronaldo, el Gaúcho, Ronaldinho. El joven brasileño, que formaba parte de la plantilla de la selección brasileña campeona en 1994, fichó por el Barça procedente del PSV Eindhoven. Tras su primer gol oficial (5-2 al Atlético de Madrid, con dos tantos del ‘9’, que se ganó al público, en Montjuïc), llegaron 46 más, 34 de ellos en Liga, lo que le valió el ‘Pichichi’.

El 12 de octubre de 1996 hizo enloquecer a Bobby Robson en el banquillo del Multiusos de Santiago con su gol maradonian­o, en el que dribló a William, Bellido, Passi, Fabiano, Jose Ramón , Mauro y Chiba, para plantarse frente al meta Fernando y rematar a gol. Robson había sufrido a Maradona en México’86 y esta vez pudo disfrutar de un delantero de una potencia sobrenatur­al y una técnica exquisita jugando para él.

Sir Bobby murió consideran­do a Ronaldo, el ‘Fenómeno’, el mejor jugador al que había entrenado.Y tal vez el mejor al que había visto. Le admirada sinceramen­te. Nunca comprendió cómo el Barça le dejó escapar ni cómo, cinco años después, Van Gaal, en su segunda etapa en el Barça, renunció a su cesión.

Robson había entrenado al PSV Eindhoven entre 1990 y 1992 y conocía bien a Frank Arnessen, director deportivo del PSV, que además tenía una hija que había sido novia de Ronaldo. Cuando Bobby fue contratado como técnico del Barça y supo que existía la posibilida­d de fichar a Ronaldo, consultó a Arnesen. Su amigo, en confianza, a pesar de que le advirtió que el PSV no quería traspasarl­o, le aconsejó que no dudase ni un segundo del brasileño.

Tras ese primer año esplendoro­so, el Barça quiso renovarlo. Aunque el mismo Ronaldo y sus agentes han acusado al Barça de no querer realmente hacer efectivo el acuerdo al que habían llegado el 29 de mayo de 1997, la historia no está tan clara.

Afirman que el Barça se echó atrás, pero no aclaran qué incumplió el Barça. El club azulgrana, en cambio, siempre ha sostenido que los agentes habían cobrado ya del Inter un adelanto de 1.000 millones de pesetas y exigían que el club azulgrana se hiciese cargo de la indemnizac­ión al club italiano. Es decir: tenían que ‘refichar’ a Ronaldo, a lo que Núñez se negó. El Inter pagó, los 4.000 millones de pesetas de la cláusula, para desespero de Ronaldo, que estaba preparando con Brasil la Copa América de 1997, que el conjunto ‘canarinho’ ganó, derrotando a Bolivia en la final (3-1). Por esa competició­n se perdió las dos últimas de Liga y tal vez por eso el Barça perdió el título.

Regreso frustrado

Más doloroso fue el rechazo de la vuelta del jugador. En 2002, el Inter quería traspasarl­o tras dos gravísimas lesiones de rodilla que lastraron su juego. Negociaba con el Madrid, cuya oferta era humillante. Entonces Moratti, despechado, ofreció a Joan Gaspart una cesión con opción de compra. Con Ronaldo entusiasma­do ante el posible regreso, Louis van Gaal lo rechazó. Iba a por Hasselbain­k o Morientes. Eso no lo entendía Robson ni nadie. Quizás (y solo quizás, ¿eh?) esa negativa explicaría que en 1997 el Barça no quemase todas las naves para retener al brasileño, puesto que Van Gaal iba a ser el entrenador.

Ronaldo no vivió otra campaña igual, a causa de las lesiones, que ya le habían atosigado en el PSV. Brilló en el Madrid, pero nada en comparació­n con el ciclón que se conoció como ‘el Fenómeno’. El Barça ganó aquella Supercopa del debut de Ronaldo en la Peineta, el estadio sobre el que se levantó el actual Wanda Metropolit­ano

El brasileño no igualó en Milán o Madrid el nivel exhibido en el Barça Van Gaal rechazó su regreso en 2002 por preferir a... Morientes o Hasselbain­k

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FOTO: PERE PUNTÍ Ronaldo, en el inicio de su jugada maradonian­a ante el Compostela Su año en el Barça fue el mejor de toda su carrera
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