Naby Keita, un crack al que el Barça también espió, será su sustituto
En Anfield ya le tienen atado para 2018, pero no se descarta que pueda llegar en enero
Naby Keita, centrocampista guineano del Leipzig, será el sustituto de Coutinho si acaba recalando finalmente en el Barça. El Liverpool alcanzó un acuerdo con el club alemán para ficharle a partir del 1 de julio de 2018. Los ‘reds’ acordaron pagar 52 millones de euros para hacerse con los servicios del medio, de 22 años, con la particularidad de que se quedaría un año cedido en su club y jugando la Bundesliga. Fuentes inglesas hablan de que se podría incorporar incluso en enero.
Klopp llevaba tiempo detrás de Keita. Intentó su contratación el verano pasado, pero todos sus intentos chocaron con la negativa del Leipzig hasta que por fin logró el visto bueno de todas las partes. Keita llegó incluso a pasar la revisión médica, posando con la camiseta con el dorsal de ‘8’ los ‘reds’. Con Keita, la entidad inglesa se aseguraba contar con un futbolista que actúa en la misma posición que Coutinho y, además, con una proyección enorme.
Keita había despertado el interés de muchos clubs. El Barça era uno de ellos. La secretaría técnica azulgrana había estado detrás del jugador, al que considera un futbolista con estilo azulgrana y que combina calidad y potencia. Robert Fernández y Urbano Ortega llegaron a viajar en varias ocasiones a Alemania para seguir su evolución, presenciando en directo un partido ante el Schalke el 19 de agosto.
El club azulgrana le consideraba una de las contadas alternativas a Coutinho, en caso de que la operación del jugador ‘red’ no llegara a concretarse. Sucedió que el Barça estuvo hasta la última hora del último día del mercado veraniego intentando su contratación, lo que impidió una ofensiva por Keita. El Liverpool llegó a ver perdido al brasileño y se apresuró a cerrar un acuerdo rápido con el jugador y su club. No le importaba retrasar su incorporación un año. Aunque se trata de uno de los jugadores más caros de la historia del Liverpool, sus dirigentes están convencidos de que su amortización se verá ya en su primer año