¡Qué bueno que viniste!
La máxima goleadora de Boca quiere llevar lejos al Albacete
Más de 10.000 kilómetros separan Buenos Aires de Albacete, pero la distancia no ha sido obstáculo para que Andrea Ojeda haya aterrizado en la Liga Iberdrola, donde esta goleadora de 32 años quiere dejar huella. Andrea cumple su segunda temporada en el Nexus Fundación Albacete con altas expectativas: llevar al equipo a luchar por el título de Copa y seguir creciendo en una de las Ligas más potentes del mundo, muy por encima de la argentina, que aún es amateur y apenas está empezando a arrancar. Le avala un registro impresionante: es la máxima goleadora histórica de Boca Juniors, club donde entró con 15 años y donde anotó más de 400 goles.
“Vine a España por mi hermana, que llevaba aquí dos años viviendo. Quería volver a verla y de paso conocer una Liga tan potente como la española, muy por encima a nivel físico y de juego que la argentina. Allí hay mucho camino por recorrer y espero poder regresar algún día a mi país, con larga tradición futbolística y con tanta afición pero donde hace falta que se empiece a tomar en serio también el fútbol femenino”, apunta Andrea, quien asegura que ya tiene una oferta de Boca para formar parte de su organigrama técnico en un futuro a medio plazo.
De momento, sus miras están puestas en hacer del Fundación Albacete un equipo grande: “Estamos trabajando muy bien y ya vamos décimas en la tabla. Nuestro objetivo es alcanzar un puesto de Copa y hacer un buen papel en ese torneo”, apunta. Para ello, cuenta con la ayuda de Kuki y Alba Redondo, las goleadoras del equipo. “Mis compañeras son muy buenas y me hacen exigir el máximo de mí misma. Yo traba- jo para tener un papel como titular y en los minutos que me toque jugar, aportar todo lo que pueda”, explica.
Andrea comenzó a jugar en su barrio, con los vecinos, siguiendo la afición de su hermano. Con 12 años, la fichó un equipo de fútbol sala con niñas mayores que ella y con 15 ya debutaba con Boca en 1ª División. “Era muy jovencita pero en seguida empecé a marcar muchos goles”, relata. En su casa estaban encantados: sus padres son forofos de Boca. “Iban cada domingo a La Bombonera y me contaban historias de fútbol que me fascinaban. Yo soñaba con jugar allí y con ser como Batistuta”. Ahora sueña con ser el espejo de las niñas que aspiran a ser futbolistas: “Hay muchas pequeñas que se están animando y hay que aprovecharlo”