El fútbol rácano de Italia

Se veía venir, “They had it coming”, se lo han ganado a pulso: tras décadas de practicar el antifútbol del ‘catenaccio’ o cerrojazo, los italianos han degradado su juego hasta tal punto que Suecia les ha echado del Mundial aplicándoles su propia medicina. La cosa viene de lejos. Cuando Bela Guttmann creo al maravilloso Honved de Hungría con

Gustav Sebes, apareció por aquí el siniestro Helenio Herrera.

El lema de Guttmann era: “Ya meteremos un gol más”. El de

Herrera, “se juega mejor con diez” y pongamos un cuarto defensa. HH tuvo la mejor delantera del Barça de todos los tiempos: Kubala, Kocsis, Evaristo,

Suárez y Czibor, pero la usó lo menos que pudo porque lo suyo era defender. Se llevó a Luisito Suarez al Inter y allí inculcó el siniestro ‘catenaccio’ en Italia.

Cualquiera puede comprobar en los canales televisivos que los partidos de la Liga italiana son un peñazo infumable. No se soportan ni fumando un habano. El juego del Honved y de la selección húngara es el origen de ADN Barça que da gusto contemplar.

Yo vi el amistoso de 1956 entre Barça y Honved (3-4). Cada vez que el Barça empataba, los húngaros le marcaban otro gol en el minuto siguiente. Eran como los ‘Globetrotters’ del futbol.

Por suerte el Barça gozó en los 50 de ese estilo y el gusto por el juego bonito y el fútbol de ataque ha perdurado hasta hoy. Con Dembélé y Coutinho eso puede volver el año próximo. Todo menos ese futbol rácano, defensivo, cerrado, de escasos goles con que se han hecho el hara-kiri los italianos. Les está bien empleado