Difamar sale barato
Acusar a Rafa Nadal de dopaje le ha costado a Roselyne Bachelot una multa de 500 euros que, encima, no tendrá que pagar si no reincide
Si no lo hemos entendido mal, Roselyne Bachelot, exministra de Deportes de Francia, ha sido condenada por delito de difamación al una multa de 500 euros por haber acusadoa Rafa Nadal de dopaje. Ocurrió en un programa de televisión (marzo de 2016) y cuando la señora en cuestión ya no estaba en el gabinete. Además, Bachelot está obligada a pagar 10.000 euros al tenista por daños y perjuicios -por acusarle de dopajey debe hacerse cargo también de los 2.000 euros de las costas judiciales.
En total, serían 12.500 euros pero, desglosados, la cosa es mucho más ridícula. El Tribunal Correccional precisó que los 500 euros de la multa por el delito de difamación están exentos de cumplimiento y Bachelot - que no está arrepentida de lo que dijo - sólo deberá abonarlos si reincide. Por tanto, el pecado mortal tiene un castigo menor que si fuera venial. Y los 10.000 euros con los que ha de resarcir a Nadal son una miseria comparado con el daño real causado a la carrera de un deportista intachable a quien sus compañeros de profesión suelen poner como ejemplo y referencia del tenis. Finalmente, los 2.000 euros de costa es una tarifa que no afecta a la trascendencia del delito cometido.
Resumiendo, decir en el programa Le Grand 8, del canal D8, que la lesión de rodilla de Nadal que le tuvo de baja desde mediados de 2012 hasta 2013 fue consecuencia de un positivo por dopaje que Rafa consiguió encubrir, ha implicado una multa de 500 euros que, encima, la exministra de Nicolas Sarkozy no tendrá que abonar. Una vergüenza de principio a fin.
Nadal, que en su querella había solicitado una indemnización de 100.000 euros (que también parecen pocos para la magnitud de una acusación que cuestionaba su carrera) ha encajado la sentencia con la satisfacción de ver limpio su nombre y sin hacer, hasta este momento, mayores valoraciones. En cuanto al dinero, los 10.000 por daños y perjuicios, irán destinados, como dijo desde el primer momento a obras sociales en Francia. Y es verdad, sí, que desde el punto de vista de la honorabilidad del tenista esto no es una cuestión de dinero sino de dignidad. Y la dignidad está absolutamente salvaguardada. Rafa está y estaba limpio, pero no es menor cierto que difamar a este nivel de trascendencia deportiva y social le ha salido vergonzosa y prácticamente gratis a la señora Roselyne Bachelot