Quieres ser residentedelBar a?
Como todo pasa, amainó la tormenta de verano contra Bartomeu. No hay moción de censura, ni recogida de firmas, los videos de TV3 hace meses que emitieron el último capítulo, el lío Neymar se ha ido digiriendo, el zarandeo del Madrid en la Supercopa es agua pasada, Paulinho se ha puesto el público en el bolsillo y Valverde ha resultado ser bromuro para la sala de prensa y un mirlo blanco en lo que a resultados óptimos se refiere. Para mayor tranquilidad para el presidente del Barça, en este trimestre sin derrotas no se ha emitido el “Crackòvia” que –parodia, que algo queda- degradó su imagen hasta convertirlo en un
Nobita infantil, tontorrón y tartamudo.
Los vaticinios de dimisión siempre fueron un deseo del entorno interesado, también el mediático, más que una realidad que en ningún momento estuvo encima de la mesa. Tras un otoño donde el partido a puerta cerrada del 1-O evidenció que el “més que un Club” es tan presente como interpretable según los gustos de los culés, llegamos a un invierno con las aguas mucho más calmadas. Motivos para la crítica la hay y no faltarán jamás, pero la oscilación de la indignación está, ahora, dentro de los cauces normales de un Club que, por ahora, parece regido con más criterio, objetivos claros y mayor transparencia que el propio país.
Bartomeu, pues, tiene previsto terminar su mandato cuando toca, en 2021. En su junta, según contó él mismo en un desayuno con cuarenta empresarios y profesionales el pasado 20 de noviembre, “miro y pregunto y hablo con todos los directivos y no veo nadie que quiera ser Presidente”. Y, entonces, ya que el relevo parece que no saldrá de desde dentro, lanzó una idea que no parecía improvisada. Sugirió que quien quiera ser candidato a la presidencia en 2021 se integre ya a la junta actual para que el Club no se resienta de un primer año donde, los que no han vivido nunca el Barça desde dentro, les cuesta un tiempo coger el timón de una embarcación desconocida. Contó lo que les pasó en 2003, cuando entraron con la junta de
Joan Laporta. Por más ilusión, barcelonismo y conocimientos en gestión que tuviera el nuevo equipo, costó un tiempo descubrir cuales eran las inercias interiores (jugadores, agentes, trabajadores del Club) y como funcionan las relaciones con el exterior (Federación, Liga, UEFA, FIFA, Euroliga, resto de equipos y agentes de jugadores que suspiran por jugar en el Barça).
Para preparar este aterrizaje suave sin perder tiempo, el brindis de Bartomeu a un futuro candidato no parece una idea descabellada. Rara sí, a todas luces. Aunque hubiera buena fe por las dos partes, la cohabitación de
Bartomeu con un delfín con ideas propias, se me antoja difícil de llevar. Si quieres ser el próximo Presidente, ya lo sabes. Manda tus aspiraciones a Arístides Maillol sin número y quizá se abra tu oportunidad en esta junta que necesita caras nuevas.
Eso sí, el Presidente del 2021 (que todavía no será Piqué), será el primero que le tocará vivir sin
Messi en el campo pero tendrá que inaugurar el remodelado Camp Nou. Antes de Semana Santa, en principio, ya sabremos su apellido
Los vaticinios de dimisión siempre fueron un deseo del entorno interesado