Iturralde en batín de raso
El ex árbitro ha estrenado una sección humorística en el programa El día después
Hay impactos televisivos que te cogen desprevenido: poner #Cero de Movistar+ y encontrarte al ex árbitro Iturralde González con pijama, batín de raso, foulard en el cuello y zapatillas de aristócrata es una imagen difícil de olvidar. Si encima se pone a hablar de sexo, o, mejor dicho, de su condena a vivir con la ausencia de él, la escena tiene algo de pesadilla. Pero no era un sueño. Era la nueva sección de El día después, con la participación de Iturralde contestando las preguntas de la audiencia. ‘Aló Iturralde’ tiene ínfulas de comedia. Recuerda un poco (salvando las distancias) a los monólogos de John McEnroe para Eurosport, dentro del programa ‘Game, set & Mats’. Y el título quizá juega un poco con el ‘Aló Presidente’ de Hugo Chávez donde, al principio, le hacían preguntas hasta que, al final, se quedó en simples monólogos.
La primera pregunta, sobre arbitraje, no estuvo mal. Le preguntaron por qué los colegiados sacaban las tarjetas con agresividad. Aquí Iturralde tuvo gracia con lo de “¡La roja hay que sentirla!”. Pero a la que se desvió del contexto futbolístico y de su ámbito, el humor y sus aportaciones fallaron a nivel de guion. No había ingenio, sino tópico. No sorprendía y era facilón.
Es arriesgado convertir un árbitro en humorista a pesar de que Iturralde haya sido el inspirador de grandes vídeos en la historia de El día después. Pero estar en manos de su espontaneidad no es garantía.
McEnroe es ácido, valiente y va a por todas. No pretende ser gracioso, sino reivindicar lo que tiene ganas de decir sin ser políticamente correcto. En el fútbol y el arbitraje suceden cada semana hechos dignos de ser comentados. Si Iturralde se atreve a mojarse, tomar partido, ser crítico e irreverente, las preguntas están bien elegidas y las respuestas tienen ingenio y mala leche, puede funcionar. Si no, va a quedarse en payasada en pantuflas. Por ahora, ‘Aló Iturralde’ solo ha servido para confirmar de una vez por todas ese deseo de protagonismo que tienen la mayoría de los árbitros y que siempre niegan. ¿Es así, Itu? ¿Admites, por fin, esa necesidad de protagonismo de los colegiados?