Desespera hasta a los suyos
Exhibición de Oblak en los entrenamientos del Atlético
Jan Oblak, guardameta del Atlético, se encuentra en el mejor momento de la temporada. Un punto de forma finísimo que sufren los rivales... pero también los compañeros. El esloveno da un recital de paradas en cada sesión de trabajo en el Cerro del Espino de Majadahonda.
El arquero balcánico es una pesadilla para sus compañeros, con intervenciones de mérito. Varios de ellos, Carrasco, Griezmann, Vietto, Koke, Filipe y Koke, terminan la sesión con una serie de lanzamientos a puerta desde la frontal del área. Un ‘bombardeo’ que en ocasiones se prolonga por espacio de 15 minutos.
El meta llega desesperar a los suyos. Tanto que se permite parar chutazos... ¡hasta con el pecho! Manos imposible, vuelos siderales... y goles encajados, claro, porque a esa distancia es imposible parar el 100%. Koke, por ejemplo, logró el martes colocarle un golazo en la escuadra. Eso sí, lo metió por el único hueco que le dejó el balcánico. Tal fue la racha de paradas que Carrasco, en el último disparo que logró meter, se marchó celebrando como si de un partido se tratase. Es más, alguno como Vietto no ocultó que era una montaña difícil de escalar. “¡Joder, si es que lo para todo!”, espetó en uno de los remates.
Ya durante la sesión, el esloveno suele sacar varias manos imposibles. En un partidillo de esta semana, en un remate a bocajarro a tres metros de portería sacó el brazo para desviarla fuera cuando parecía imposible. Y lo mismo en la sesión de triangulación y disparos del inicio de la sesión.
El esloveno está en su mejor momento. En los diez últimos partidos del Atlético sólo ha encajado tres tantos. Al margen del de la Real Sociedad, los recibidos en Londres, ante el Chelsea, y ante el Qarabag, en el Metropolitano. Además, en este curso han sido ya 13 los partido en los que se ha quedado en todas las competiciones sin recibir gol
Paradas con el pecho, manos imposibles a bocajarro... el esloveno es un muro