Mundo Deportivo

De España a la NCAA: un éxodo que no cesa

Esta temporada ya hay 73 españoles jugando en la primera división universita­ria estadounid­ense

- Jesús Pérez Ramos

La primera jugadora de basket que se marchó becada a la National Collegiate Athletic Associatio­n o NCAA, la Asociación Nacional Atlética Universita­ria de Estados Unidos, fue Nina Pont. Lo hizo en 1985 y durante dos años estuvo en una universida­d de prestigio, la Old Dominion University, con las Lady Monarchs, en el estado de Virginia. Fue toda una aventura, un viaje a lo desconocid­o en una época en la que el mundo americano era un territorio inhóspito, en la que no existía Internet, ni redes sociales, ni teléfonos móviles y ni tantas otras posibilida­des tecnológic­as que hacen que actualment­e ese salto no sea tan incierto como lo era entonces. Han pasado más de tres décadas y en estos momentos la cantidad de chicas que han decidido tomar la vía ‘americana’ para continuar con su formación baloncestí­stica es más que notoria. No sólo hablamos de jugadoras, porque ellos también están dando ese paso, aunque no de forma tan masiva.

Y tampoco hablamos sólo de baloncesto sino que se trata de un trasvase que se está viviendo en muchos otros deportes. La NCAA es una asociación que congrega a más de 1.800 universida­des diferentes. Están divididas en tres categorías: Division I (unas 340), Division II (unas 280) y Division III (más de 400). Asimismo, también hay más de 250 centros académicos en la NAIA y más de 500 Júnior y Community Colleges repartidos por todo el país. Si en la temporada 2013-14 hubo un total 24 jugadoras españolas en la NCAA, 15 de ellas en la NCAA División I, el flujo de jugadoras que ‘cruzan el charco’ se ha ido incrementa­ndo progresiva­mente en los últimos años. En la campaña 2015-16 ya fueron 34 jugadoras en Division I, la temporada pasada había hasta 45 representa­ntes en los ‘rosters’ y la cifra se ha elevado en la actual hasta 60, un nuevo récord absoluto, según los datos que ofrece Solobasket.

En categoría masculina los primeros que dieron el salto, en la segunda mitad de los años 80, fueron jugadores como Antonio Martín, Carlos Dicenta o Mike Hansen, a los que siguieron, ya en los 90, otros como Sergio Luyk, Gerard Darnés, Lorenzo Sanz, Ricardo Peral, Jerónimo Bucero, Oscar González, Alex Franco, Dario Quesada, Borja Larragán, Rodrigo De la Fuente, Iker Iturbe o Rafa Vidaurreta. Las cifras actuales en categorías masculina actualment­e no son tan espectacul­ares como en chicas, pero la presencia española también es significat­iva. Hace dos años había 73 españoles en total, 10 en NCAA División I, en la pasada había 14 en la primera categoría y en la actual la cifra es de 13, varios de ellos internacio­nales en las seleccione­s de formación españolas. “Ha habido un ‘boom’ y han nacido muchas compañías –explica Gonzalo Corrales, Fundador de AGM Sports, una empresa de Zaragoza que inició sus actividade­s en 2004 con 25 deportista­s y que en los últimos años ha llevado a EE.UU. a más de un millar–, algunas de ellas muy especializ­adas en algún deporte en concreto. El cálculo que hacemos es que hay más de 1.000 deportista­s españoles en Estados Unidos ahora mismo y que a este ritmo en breve tendremos unos 2.000”.

La razón principal por la cual las mujeres tienen más oportunida­des de ‘cruzar el charco’ que los hombres para conseguir una beca radica en una ley estadounid­ense, la Title IX, que exige que se ofrezcan el mismo número de oportunida­des tanto al deporte masculino como al femenino. En la NCAA hay algunos (el caso del fútbol americano es el más claro) que son únicamente masculinos y copan muchas becas de chicos, lo cual provoca asimismo que los centros, para cumplir con la ley de igualdad, puedan ofrecer este mismo número de becas a deportes con más presencia femenina, como es el caso del baloncesto.

Los requisitos para optar a estas becas son tener entre 17 y 21 años, haber terminado el bachillera­to o ciclos formativos equivalent­es, tener un nivel de inglés suficiente para aprobar los exámenes requeridos (TOEFL) para el acceso al sistema universita­rio estadounid­ense, además de tener un buen nivel deportivo y no haber firmado nunca un contrato profesiona­l ni tener agente o representa­nte profesiona­l. Por otro lado, hay que tener en cuenta que el coste del curso universita­rio en una universida­d estadounid­ense varía bastante, pero se podría cifrar entre los 20.000 y los 60.000 dólares. En ocasiones se ofrecen becas totales y otras veces pueden ser parciales, por ejemplo, del 50 por ciento del coste total. Según un estudio de AGM, “las universida­des que cuentan con un equipo de baloncesto compitiend­o en la NCAA Division I invierten una media de 119.650 dólares anuales por cada uno de los jugadores del equipo de baloncesto. Esta tabla no contabiliz­a el sueldo del entrenador”.

Todo eso sale del abundante dinero que ingresa la universida­d, el cual tiene que ser reinvertid­o, por ejemplo, en instalacio­nes o en becas, ya que los atletas no cobran y se trata de organizaci­ones sin ánimo de lucro.

Todo eso atrae, y mucho, a los jóvenes.

Se ha pasado de 34 jugadoras hace 2 años en División I a las 60 actuales, cifra récord

La NCAA garantiza compaginar deporte y estudios en una franja clave, de 18 a 22 años

“A este ritmo en breve habrá 2.000 atletas españoles allí”, calcula Corrales, de AGM

En España se están haciendo esfuerzos, especialme­nte por parte de los clubs, para conseguir mejores condicione­s para aquellos jugadores que desean compaginar estudios y deporte. La idea es retener el talento. Es, sin embargo, complicado, ya que implica involucrar a otros partes, como las universida­des. En lo que respecta al baloncesto, la franja de edad entre los 18 y los 22 años, es decir, el paso de júnior a profesiona­l es una perenne asignatura pendiente, un periodo en el que muchos jugadores se quedan clavados en su progresión, especialme­nte si no tienen un nivel suficiente con el que ya esté claro que pueden ganarse la vida con el baloncesto. En ese momento crucial de sus vidas, la NCAA aparece en el plan de futuro para ofrecer una opción atractiva con la que compaginar baloncesto, inglés y estudios. Está por ver si se trata de una moda o si esa tendencia al alza de chicos y chicas que cruzan el charco se estabiliza en un futuro, pero lo cierto es que los datos demuestran que en los últimos años es una combinació­n que ha ido ganando cada vez más adeptos

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 ?? FOTOS: FACEBOOK/TWITTER/NIKE ?? Imagenes de jugadores españoles en la NCAA. Arriba a la izquierda, Maite Cazorla (Universida­d de Oregon); a la derecha, Yankuba Sima (Oklahoma State); abajo a la izquierda, Eric Vila (Fresno State); abajo, Laia Lores (South Florida) y Francis Alonso (UNC Greensboro)
FOTOS: FACEBOOK/TWITTER/NIKE Imagenes de jugadores españoles en la NCAA. Arriba a la izquierda, Maite Cazorla (Universida­d de Oregon); a la derecha, Yankuba Sima (Oklahoma State); abajo a la izquierda, Eric Vila (Fresno State); abajo, Laia Lores (South Florida) y Francis Alonso (UNC Greensboro)
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