Anoeta: Año 3
Un sorprendente pulso de Luis Enrique con la plantilla provocó una tormenta con un desenlace inesperado para todos
El Real Madrid CF había perdido con el Valencia CF unas horas antes y el partido de Anoeta era una excelente oportunidad para hacerse con el liderato. Pero nadie en la expedición del Barça aquel 4 de enero de 2015 se imaginaba qué consecuencias iba a tener el Real Sociedad-FC Barcelona que se iba a jugar aquella fría, lluviosa y desangelada tarde de San Sebastián, y de la que hoy se cumplen exactamente tres años y un día.
A la salida del hotel nadie podía adivinar nada extraño, pero nada más llegar al estadio, la alineación comenzó a circular por el exclusivo grupo de WhatsApp del primer equipo y las alarmas sonaron con fuerza.
Luís Enrique presentaba el siguiente equipo: Bravo; Montoya, Mascherano, Alba, Mathieu; Xavi, Busquets, Iniesta; Luis Suárez, Munir y Pedro. El míster dejaba en el banquillo a Alves, Messi, Neymar, Ter Stegen, Piqué, Rakitic y Rafinha.
En el palco, la delegación blaugrana estaba perpleja y nadie adivinaba a saber qué pasaba y cuáles eran las intenciones del entrenador. Una de las personas más sorprendidas era el director técnico del club, Andoni Zubizarreta, a quien la noticia de que Messi y las otras estrellas no iban a jugar le hizo augurar “un partido difícil.”
Y el partido es historia reciente del barcelonismo. En el minuto 2 de partido, Alba marcó en propia puerta al intentar rechazar un centro envenenado. El gol decantaría el partido a favor de los locales, pese a que Luis Enrique intentará solucionar el problema moviendo su banquillo millonario y haciendo saltar al terreno de juego, claramente a destiempo, a Messi, Neymar y Alves.
Fue una derrota cruda, que provocó gritos en el túnel al acabar el encuentro y una bronca en el vestuario del Barcelona. El entrenador declaró que el resultado no había sido “justo” pero se mostró fuerte a la hora de asumir lo que había ocurrido. La tormenta que se desencadenó en los minutos, horas y días después fue algo que nadie esperaba.
Tras el partido, Zubizarreta, que aquel año había liderado la mayor renovación deportiva en la historia del club, se quedó sólo en el palco a la espera de intervenir en Canal +. El director técnico se mostraba muy enfadado y su malhumor invitaba a pensar que su intervención sería dura. Zubi salvó al entrenador: “Siempre creo que el entrenador es el que conoce mejor cuál es la situación del equipo, es el que construye la alineación con el deseo ganar y con los jugadores considera que son los mejores”.
Poco después, la periodista Mónica Marchante le preguntó por la sanción de la FIFA al Barça y la decisión negativa del TAS a levantar el castigo y Zubizarreta declaró: “En el asunto de la sanción… yo era el responsable de fútbol y primero Rosell y luego Bartomeu saben que yo asumo siempre mis responsabilidades. Bartomeu, que era el vicepresidente deportivo, es el que mejor conoce la situación desde ese punto de vista”.
Las redes sociales se encargaron de propagar el incendio mediático con las palabras de Zubi y regreso a casa fue muy tenso. La derrota había quedado en segundo plano y los directivos se miraban entre si, mientras se enseñaban sus móviles. Lo peor vendría al día siguiente.
Messi, enfermo, no acudió al tradicional entrenamiento abierto a los socios y poco antes de que los autocares partieran hacia centros hospitalarios infantiles para repartir juguetes, Zubizarreta fue despedido. Hoy hace tres años.
Los detalles de su salida, la crisis del vestuario provocadas tras la derrota de Anoeta, la urgente convocatoria de elecciones y la reacción triunfal de los jugadores durante el resto de la temporada son temas que merecen una atención aparte
Zubi fue despedido, los jugadores se enfadaron con el míster, Bartomeu convocó elecciones y el equipo, en una reacción triunfal terminarían por ganar un triplete