La Copa se complica por un injusto KO
El Espanyol tuvo un carrusel de ocasiones pero no supo matar y cayó ante el Levante que empató con un gol de penalti que debió ser anulado
El Espanyol cayó ayer injustamente ante el Levante y se complica el pase a los cuartos de final, aunque visto el juego de ayer hay espacio para la esperanza y creer en una remontada en Valencia.
El equipo de QSF fue muy superior, mandó siempre y mereció ganar pues dispuso de un carrusel de ocasiones (incluso dos palos), pero le faltó saber ‘matar’ y suerte. Y salió condenado por culpa de un gol de penalti que no debió subir nunca al marcador (el balón había salido por la línea de fondo antes de la falta por manos de Víctor) y un segundo granota por culpa de un error colectivo de toda la zaga.
Sea como fuere, al Espanyol le tocará remar y mucho en el Ciutat de València para seguir vivo en la Copa ante un Levante que hizo bien poco para llevarse un premio tan grande de Cornellà-El Prat. Una derrota muy injusta.
Quique Sánchez Flores introdujo hasta seis cambios en su once de ayer respecto a la alineación que se vio ante el Atlético en el último partido de 2017. Fueron titulares el portero Diego López, acompañado de una defensa novedosa formada por Marc Navarro, Naldo, Duarte y Dídac.
A los dos equipos les costó entrar en el partido. El Espanyol dio el primer aviso en el 6’ con un gran centro de Dídac al que no llegó Sergio García por poco, un espejismo.
Hasta casi la media hora, el partido estuvo marcado por las pérdidas de balón en la medular y la ausencia de llegadas al área. El once de QSF tuvo el balón, pero se atascó siempre a la hora de abrir vías arriba. Y el Levante llegaba a trompicones a la contra. Minutos muy trabados, con pocas asociaciones y llegadas al área. Un dato: en el minuto 25 no se había registrado ni un sólo chut entre los tres palos en las dos porterías.
Hasta que apareció Gerard. En el 28’, falta rápida picada por Granero, centro preciso de Piatti que el ariete cabeceó al fondo de la red, impecable. Con el 1-0 el Espanyol se envalentonó y se vieron los mejores minutos locales.
Pero lo que llegó fue una jugada polémica y el empate. En el 37’ el colegiado pitó penalti por unas manos de Víctor Sánchez en el área. Pero los pericos reclamaron que el balón había salido antes por la línea de fondo, como así fue, y que la jugada debió ser anulada. El gol fue injusto pues nunca debió pitarse la falta en el área.
Sea como fuere, la pena máxima fue a misa y Morales puso el 1-1, jarrón de agua fría para la hinchada. Los de Quique acusaron el golpe y bajó la intensidad en el juego. Aún así, Sergio García perdonó el segundo en el 43’ cuando le robaron la cartera in extremis, abortando una contra con sello de gol.
El Levante dio un tremendo susto en la reanudación. Clarísima ocasión de Boateng que desbarató Diego López, soberbio.
Dos palos y un baño en ataque
Fue un espejismo pues el Espanyol puso la quinta y fue a por el partido y mereció marcar, pero la mala suerte y los palos se interpusieron en su camino. Gerard (50) y Naldo (56’) la tuvieron, aunque la más clara llevó el nombre de Sergio García, pues un obús suyo lo escupió el palo (51’).
Dominaba el Espanyol pero le faltaba lo más importante, marcar. Y eso que Quique puso más pólvora fresca con la entrada de Baptistao. En el 67’ los pericos pidieron penalti por un supuesto agarrón de Lerma sobre Gerard, inconmensurable ayer.
Y cuando se mascaba el gol local, bofetón de los que hacen mucho daño. En el 74’, pérdida de balón en la medular y Morales se inventó un jugadón, tras dejar sentada a media defensa local, para servir en bandeja a Ivi, que no perdona: 1-2. Gravísimo error.
Difícil hacer más con menos, resumen del juego del Levante: tres remates entre los 3 palos, 2 goles y
uno de ellos debió ser anulado.
El último cuarto fue un monólogo perico, acoso y derribo en busca del empate que no llegó. Y no fue por ocasiones, ya que Darder estrelló el balón en el poste, el segundo palo de la noche, en el 88’.
E incluso en el descuento pudo llegar el gol local, pero al portero Raúl se le apareció la Vírgen y se sacó una parada prodigiosa para abortar el disparo de Gerard