Subidón Diego Costa
El prometedor estreno del delantero en Lleida colma de ilusión a la afición del Atlético de Madrid Fue el Diego de siempre, el que dejó el club en el verano de 2014; mañana puede debutar en casa
Diego Costa ya está de aquí. Está de regreso, pero parece que nunca se ha ido. Como si no hubiese pasado el tiempo. Como si en mayo de 2014 no hubiese disputado su último encuentro oficial con el Atlético de Madrid. Tres años y medio después, el hispano-brasileño volvió a enfundarse la elástica rojiblanca. Y la defendió como acostumbraba en su anterior etapa como colchonero.
Diego Simeone le dio entrada en el campo el miércoles en Lleida, en el choque de ida de los octavos de final de la Copa del Rey junto a Antoine Griezmann. Era el minuto 64 de partido y sólo cinco después, el delantero ya había marcado su primer gol con el Atlético de Madrid en esta nueva andadura. El tanto 65 como rojiblanco en su par- tido número 126 en el conjunto colchonero.
Lo hizo con su estilo. Lanzándose al suelo a por un balón dividido. Daba igual que el resultado fue ya de 0-2 ante un rival de Segunda B. Daba igual el riesgo al ver la pierna de un central del Lleida buscando el esférico. Acabó impactando con los tacos en su rodilla, haciendo saltar todas las alarmas en el Atlético. Y el balón acabó dentro de la portería, claro.
De ahí al final, una vez recuperado, el hispano-brasileño no se guardó absolutamente nada. Fue el de siempre. Porfió con los defensas. Le buscaron. Y los buscó. Metió miedo en la zaga rival. Sacó al equipo de la zona de confort... Simeone asistía impávido al reestreno de Costa. Pero por dentro, sonreía. Y mucho. Un año y medio después, ya le tiene de nuevo a sus Y ahora debe aprovecharlo.
Cierto es que hay que poner todo en perspectiva. Que diego Costa entró con el partido encarrilado y además, el rival está dos categorías por debajo del Atlético de Madrid. Pero eso no impidió que la afición colchonera se ilusionara con esos 25 minutos del de Lagarto en el terreno de juego. Porque le conocen, y vieron que su hambre es el mismo. Y eso ya son palabras mayores.
Viéndole entrenar a diario en la Ciudad Deportiva de Majadahonda, era de esperar que Diego Costa irrumpiese así en el césped. Estaba como loco por volver a jugar y además, quería hacerlo en el Atlético desde hace año y medio. En realidad, nunca quiso marcharse, pero firmó con el Chelsea y cuando se dio cuenta de que su sitio era en Madrid, ya era tarde.
Pero eso es pasado. Ahora toca centrarse en el presente y en el futuro. Y es alentador. A sus 29 años, ha regresado al Atlético especialórdenes. mente motivado por hacer bien las cosas y conseguir victorias que a la larga den títulos.
Como decíamos, los seguidores rojiblancos se relamían viendo esos 25 minutos de Costa en el Camp d’Esports. Rápidamente se vio que la conexión con Griezmann puede dar muchos réditos al Atlético. El francés le buscó desde el primer momento. La sociedad promete.
Tras la herida que sufrió tras la entrada de un rival, el club informó que en función de la evolución de las molestias pasaría ayer o no pruebas en Madrid. Pero no hizo falta. Trabajo de fisioterapia y gimnasio. Es decir, que si la herida no va a más, Diego Costa estará en condiciones de recibir mañana al Getafe y debutar en el Wanda Metropolitano. Y la afición del Atlético, tan feliz