¿Overmars-Petit o Dembélé-Coutinho?
Dos por el precio de uno. Los 120 de Coutinho y los 105 de Dembélé suman algo más de los 222 pagados por Neymar para tener su carta de libertad para irse al PSG. El dos por el precio de uno no es nuevo en el Barça. Tras la traición de
Luis Figo, que se fue al Madrid en el verano de 2000 después jurar amor eterno a los culés, el nuevo presidente Gaspart se fue a Londres a intentar paliar el golpe anímico y el drama futbolístico por la marcha del extremo portugués. Con los 10.000 millones de pesetas de la cláusula de libertad de Figo, el presidente volvió con una banda izquierda entera. Delante, Marc Overmars, un holandés en la cresta de ola que, a gran velocidad, ejecutaba una jugada mágica: recorte hacia dentro y disparo con la derecha. Detrás, un campeón del mundo con Francia como Emmanuel Petit, con un brillante currículum pero con más pinta de cantautor que de ídolo futbolístico. Los recambios no funcionaron y, además, Luis
Figo en el Madrid seguía dando el nivel de Balón de Oro. Overmars, que en ningún momento hizo olvidar al portugués, disputó la nada despreciable cifra de140 partidos en 4 temporadas, a pesar de sus continuas lesiones de rodilla. Incluso, en el colmo de la desgracia, llegó a herirse y estar de baja por culpa de un accidente con una moto acuática en un acto promocional para un diario deportivo. Rexach, que era su entrenador en el momento del percance, gastaba un cabreo impropio en él. El total de 19 goles de Overmars parecieron pocos por las expectativas que había puestas en él. La ausencia de títulos en cuatro temporadas derivaron en una depresión colectiva que terminó con la llegada del sonriente Ronaldinho. Overmars, eso sí, tuvo un detalle digno. Viendo que su cuerpo no daba más de sí a los 31 años, se retiró del fútbol y renunció a cobrar la temporada de contrato que todavía le quedaba en el Barça.
El paso de Petit por el Barça fue mucho más desgraciado. En su autobiografía, un verdadero libro de ajuste de cuentas con la vida, cuenta que su entrenador
–Llorenç Serra Ferrer- no sabía ni de qué jugaba cuando llegó al primer entreno. Petit se consideraba centrocampista y aquí jugó -por decir algo- de lateral izquierdo. Marcó un tanto, dejó algún titular para la historia y, un año después, se fue al Chelsea por la mitad de lo que costó. El rencoroso francés dice que de la única cosa que se arrepiente en la vida es de haber fichado por el Barça, que aquellos directivos eran vendedores de alfombras, que el entrenador era un payaso e incompetente y que el vestuario estaba podrido por el clan de los catalanes y el clan de los holandeses.
Las cosas, en el Barça, han cambiado mucho, para mejor, en todos los aspectos. Los resultados acompañan y la marcha de un díscolo Neymar, que rindió por debajo de sus posibilidades, no ha dolido como la de Figo. La historia que Coutinho y Dembélé empiezan a escribir en el Barça debe tener muchas más páginas y mucho mejores que aquellas del 2000. Son, por ahora y con diferencia, los dos fichajes más caros, en términos absolutos y relativos, en 118 años de vida.
Bartomeu ha fichado con la cabeza fría pero el Club, que pagará como mínimo 37.000 millones de pesetas, necesitará años, títulos y rendimiento para amortizar estos carísimos jugadores. Son dos muy buenas apuestas de presente que llegan, especialmente, para asegurar el futuro, es decir, para alargar el ciclo ganador que empezó con Iniesta y Messi
‘Dos por el precio de uno’ no es nuevo en el Barça. Ya se hizo tras la traición de Figo