Más deserciones que pitos
Los aficionados silbaron al Real, pero muchos se fueron con el 0-1
Hubo pitos al equipo e incluso un amago de pañolada que se quedó en eso, pero fue una bronca descafeinada. Más que nada porque se esperaba una de las grandes si el Real Madrid perdía ante el Villarreal, pero a este equipo ya no le queda ni eso, ni el enfado de su afición. Lo hay, es cierto, pero más disfrazado de resignación que de otra cosa. Y es que los seguidores blancos ya han llegado a ese punto de ‘pasotismo’ ante lo que están viendo esta temporada.
Buena muestra de cómo está la afición blanca es que tras marcar el 0-1 el Villarreal, muchos seguidores blancos comenzaron a desfilar rumbo a su casa. Antes pitaron, es cierto, pero no quisieron quedarse a ver como su equipo acababa perdiendo y es que a este Madrid ya no le queda ni la esperanza, que es lo último que se pierde. La afición no le dio la espalda a los de Zidane porque acudió a la cita del Bernabéu a pesar del intenso frío y de la lluvia que invitaba más a quedarse en casa que en ir al estadio. Los que fueron, más de 63.000 espectadores, confiaban en ver la tan esperada y ansiada reacción de los de Zidane y parecía que iba a ser así, pero sigue sin llegar y no tiene pinta que vaya a hacerlo de manera inmediata. Eso sí, mantuvieron la esperanza en la primera parte con las ocasiones del Madrid y acabaron pitando a Undiano Mallenco por un supuesto penalti a Cristiano.
Fueron los únicos pitos que se escucharon en esos primeros 45 minutos. La segunda mitad ya fue otra historia, los aficionados comenzaron a impacientarse y pitaron a los suyos, empezando por Isco y continuando por Marcelo. De ahí, pasaron a pitar al Villarreal porque entendían que perdía tiempo y el círculo se cerró con la pitada al Madrid tras encajar el 0-1.
A partir de ahí, más pitos a la es- pera del definitivo pitido, el del ár- bitro marcando el final. Entonces, los aficionados que aún estaban en el estadio despidieron a los de Zidane con una pitada un tanto descafeinada. Eso sí, de aquí a fi- nal de temporada, esa pitada pue- de convertirse en una bronca en toda regla si no lo remedian Zida- ne y compañía
Si Zidane no lo evita, la pitada descafeinada de ayer será bronca dentro de nada