Un cohete humano llamado Ander Mirambell
El piloto de skeleton ya se ha asegurado su presencia en los Juegos Olímpicos de PyeongChang 2018
En la historia del deporte español y por extensión del deporte universal aparecen de vez en cuando algunos pioneros, valientes, que se aventuran en un deporte sin saber muy bien cuál va a ser el resultado. Uno de ellos, y todo un ejemplo a seguir para los muchos deportistas anónimos que hay en nuestro país, es Ander Mirambell. Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y máster en Gestión y Dirección de Instalaciones Deportivas, debutó en unos Juegos Olímpicos de Invierno, Vancouver 2010, el día que cumplía 27 años, convirtién- dose en el primer deportista de la historia en representar a España en la modalidad de skeleton. Después estuvo también en Sochi 2014 y tras la Copa del Mundo de Saint Moritz se ha asegurado su presencia en PyeongChang 2018, que empieza este próximo mes de febrero.
Atrás quedan muchas horas de sacrifico, dolor, soledad y de inventiva, como cuando en sus inicios no dudó en transformar unos ralladores de cocina en la suela de sus zapatillas de skeleton ante la falta de recursos. Su primera bajada fue en 2005 y desde entonces ha ido haciéndose un nombre en el mundo del skeleton, luchando siempre contra países con mucho mayor presupuesto y tradición en este deporte y beneficiándose de la generosidad de sus rivales. Peleando en inferioridad, su presupuesto, compartido con el de María Montejano, es de unos 30.000 euros, cuando el de Gran Bretaña, es de un millón, sumará en Corea del Sur su tercera presencia olímpica, el sueño de todo deportista triplicado. Llegará a la cita en plena madurez, en su mejor momento y con ambición. Ha pasado de ir a los Juegos a ver qué pasaba, Vancouver, y de clasificarse en el último momento, Sochi, a aspirar a cotas ya serias en PyeongChang: estar en la segunda manga sí o sí y luchar por estar en el top 15. “Es factible”, asegura, en una pista que ya conoce y que define como rápida, técnica y divertida. Con vistas a alcanzar su objetivo sacrificará la siguiente Copa del Mundo. Él está convencido de realizar su mejor carrera y se ve con opciones de mejorar el que hasta la fecha es su mejor resultado, 13º en la Copa del Mundo de Lake Placid (USA) en enero de 2017. Bendito el día en el que decidió reorientar su trayectoria deportiva, que le llevó primero a ser futbolista, llegó a militar en el Juvenil B del RCD Espanyol, y después como atleta, llegando a participar en dos Copas de Europa de Clubes, hasta que decidió tumbarse boca abajo sobre su trineo Mirambullet y ver pasar la vida ante si a una velocidad de 140 km/h. Los sueños, a veces, se hacen realidad
A sus 34 años, tiene intención de llegar a los próximos Juegos de Pekín 2022