La Supercopa nitanto ni tan calvo
Será por el 1-3 del Madrid en el Camp Nou o por el 2-0 de la vuelta en el Bernabéu, la verdad es que esta Supercopa de España se ha convertido en la más recordada y citada de la historia. No hay día que, por lo bien que va el Barça ahora o por lo mal que le pinta el Madrid la Liga, no haya alguien que saque a colación esos fatídicos partidos de agosto. “¿Quién iba a decir, entonces, que le sacaríamos 19 puntos?”. “¿Cómo puede ser que el Madrid fuese tan superior y ahora le ganemos 0-3 en su casa?”.
Aparece esa Supercopa hasta en la sopa. Cada día, a todas horas, hasta la distorsión final. La verdad es que el resultadismo mató la realidad. Se ha instalado que el Madrid nos metió un baño de fútbol, un meneo en toda la regla y, vistos de nuevo los dos partidos, la verdad es que ni tanto ni tan calvo. El partido de ida fue igualado. Un primer tiempo algo mejor para el Barça y un segundo que se desequilibró por dos trallazos impecables de Cristiano y Asensio. Eso sí, dos chuts que, viniendo de tan lejos (más allá del área), Ter Stegen podía hacer algo más. 1-3 y la final sentenciada. En la vuelta, Valverde se hizo un lío con el sistema inicial, a los cuatro minutos ya había marcado Asensio para cerrar cualquier opción de remontada culé. El 2 a 0 antes del descanso dio sensación de descalabro azulgrana. Pero, de nuevo el segundo tiempo de la vuelta fue para el Barça, que no supo anotar cuatro ocasiones clarísimas. Faltó la efectividad que hoy sí tiene el equipo.
Messi estrelló un disparo al travesaño justo al empezar la segunda parte. Luis Suárez, a puerta vacía, cabeceó de nuevo al palo. El uruguayo tuvo otro fallo incomprensible en el área pequeña y, en el colmo del infortunio, Keylor Navas sacó un balón de Sergio Roberto cuando todos cantábamos el gol. El Madrid fue mejor, sí. Mucho más eficaz, sin duda. El Barça sólo anotó un tanto y de penalti regalado, también. Pero ni el Madrid fue un vendaval de fútbol de 180 minutos, ni el Barça en pleno proceso post-traumático por la marcha de Neymar, estuvo tan vergonzosamente mal.
El Madrid llegaba con la inercia y la preparación para una Supercopa de Europa, los jugadores del Barça habían quedado en shock por la huida a la francesa del compañero que les engañó, también a ellos, hasta el último momento. El Barça todavía no tenía ni a Dembélé nia Paulinho y algunas estrellas, como Messi, venían de una pretemporada todavía con pocos días de preparación física. Total, 5-1 blanco, la propaganda merengue a tope y los altavoces culés más críticos,
Se instaló que el Madrid le dio un baño al Barça en agosto y no fue realmente así