¿Cómo me lo perdí?
LOS VIEJOS ROCKEROS DEL LUGAR
perpetúan su frustración por no haber podido presenciar el concierto que The Beatles ofrecieron en la Monumental de Barcelona en 1965. Hay quien reivindica que estuvo allí y no estaba. Son incontables aquellos que presumen de haber estado sin estar. Hay fanáticos del baloncesto que arrastran sus cadenas por no haber visto jugar en Badalona al mejor Dream Team de la historia con Michael Jordan, Magic Johnson, Larry Bird, Barckley y Patrick Ewing. Los partidos que el fabuloso Brasil de 1982 de Zico, Sócrates y Falcao jugaron en Sarrià forman parte de la mitología, en este caso sin que se coronaran campeones. Messi cumple su temporada 14 en el Barça, ha jugado 622 partidos, ha marcado 532 goles y suma 30 títulos. Un tesoro, un patrimonio que es un privilegio para el Barça y disfrutan los no barcelonistas, los últimos los béticos que se quedaron estoicamente hasta el minuto 88 contemplando como Leo bailaba entre quiebros y engaños ante tres rivales para armar el quinto gol en el Villamarín.
DENTRO DE UNOS AÑOS SE
recordarán los mil jugadones de Messi, sus penetraciones imposibles y sus goles con el latiguillo ‘yo estuve allí’. Es imposible enumerar su producción porque su archivo es descomunal, tanto como las jugadas colosales que terminaron en no gol y el tiempo ha enterrado. Que haya convertido gol o no es algo accesorio en Leo e Internet está lleno de reliquias que la memoria no alcanza.
EL CATÁLOGO DE GENIALIDADES
es inmenso: sus cuatro goles al Arsenal; el fantástico 0-2 al Madrid en Champions; el slalon ante el Getafe; el amago en la banda ante Balenziaga en la final de Copa; sus ‘hat trick’ al Madrid; el 2-3 de Chamartín con la camiseta tendida; la asistencia sin la bota y desde el suelo a Aleix en el último Clásico. ¿Quién puede perderse en directo a Messi, enriquecido cada año? Como con The Beatles, mejor no lamentarlo después