Bienvenidos a casa, campeones
DAKAR Laia Sanz, Gerard Farrés, Isidre Esteve, Oriol Mena, Dani Oliveras e Iván Cervantes llegaron ayer a Barcelona tras participar en el Dakar
Tras dos semanas intensas peleando con las dunas de Perú, la altura y el frío del altiplano boliviano y el calor de Argentina, los principales protagonistas catalanes del Dakar llegaron ayer por la mañana al Aeropuerto de Barcelona-El Prat. Ahí les esperaban un centenar de amigos, familiares y aficionados que llenaban de colorido la terminal 1 del aeropuerto como si de una fiesta se tratara. El rojo del equipo Himoinsa reinaba en dicho espacio, y es que junto a Laia Sanz, Isidre Esteve y Oriol Mena llegó parte de la cúpula de la estructura privada española, con Gerard Farrés a la cabeza junto a sus compañeros Dani Oliveras e Iván Cervantes.
Pese a que Farrés no pudo repetir el podio del año pasado, todos esperaban ansiosos su llegada para poder volver a mantearlo después de terminar quinto en su última edición del Dakar en motos. “Hemos luchado contra 30 equipos oficiales. Poder dar la cara en este sentido me hace estar contento”, expresó el de Manlleu emocionado por el homenaje recibido por parte de aquellos que más conocen a ‘Farreti’.
El confeti y los silbidos generaron un ambiente festivo en el que el protagonismo principal lo tuvo el auténtico premio para estos héroes, los besos y abrazos de sus seres queridos. Precisamente, uno de los ‘besos’ que más emocionó a todos fue aquel que recibió Laia Sanz en forma de lametazo por parte de ‘Cas’, su inseparable perro, raza pastor de Anatolia, que hacía dos semanas que la echaba de menos. Sanz la rescató en un rally en Turquía después de haber sido abandonada y ayer se dirigió hacia la piloto con un caminar lleno de temblores para ser la primera en darle la bienvenida coletazo tras coletazo.
“Lo primero que quiero hacer es comer un ‘pa amb tomàquet’ (pan con tomate) y dormir. Ahora tengo ganas de dar paseos con mi perra y estar tranquila”, comentó la de KTM, 12ª en el Dakar, que ayer llegó a Barcelona con la misma alegría que también lució Isidre Esteve, feliz por haber vuelto a sentir el cosquilleo que los pilotos notan cuando son competitivos. Lo volvió a notar con su 21ª plaza en la general, cumpliendo así un objetivo de un proyecto que quiere que siga creciendo el próximo curso. “Volveremos el año que viene”, sentenció