El Atlético gana por la vía rápida
Un gol de Griezmann a los 39 segundos de partido dio los tres puntos al cuadro rojiblanco ante el Málaga, que se hunde más, en La Rosaleda
Tres puntos para el Atlético de Madrid. Y ya está. No es poco, cuantitativamente hablando, pero el conjunto rojiblanco ganó por la vía rápida en La Rosaleda. Gol de Griezmann en el primer minuto de juego... y a contemporizar. El Málaga lo intentó tras el descanso, pero entonces apareció Oblak. Antes y después, nada de nada. 1-0. Con gol de Griezmann... Oblak de portero. Un clásico.
39 segundos. Eso es lo que tardó el Atlético en adelantarse en el marcador en La Rosaleda. Un balón suelto en el área del Málaga, tras un disparo de Saúl que rebotó en un defensor local.
Una carrera de Griezmann, el más listo de la clase, hacia el esférico, en posición legal. Un toque sutil con la derecha, superando a Roberto por arriba. Gran definición del francés. Y el Atleti por delante.
Si ya de por sí el conjunto rojiblanco no es de volverse loco en busca de la portería contraria, con ese guión, mucho menos. Los de Simeone, como si el marcador fuese 0-0, maduraban las jugadas, el partido, sin ninguna prisa por asomarse al área visitante. Tampoco el Málaga creaba peligro. Un cabezazo de Ideye en acción a balón parado fue el único acercamiento blanquiazul. Conectó mal el remate con todo a favor. Después, nada.
El Atlético vivía cómodo. Gabi y Saúl sin complicaciones en la sala de máquinas, con Vitolo y Koke en banda sin mucha presencia en el juego (intercambiaron su posición a los pocos minutos de empezar el choque), Griezmann bajando a por balones y Costa buscando espacios. No hubo más ocasiones.
Cambiaría el guión tras el descanso. Al principio. Salió el Málaga embravecido. La necesidad obligaba. En cinco minutos gozó de dos ocasiones claras para empatar, la segunda con una falta botada por Rosales a la que Oblak respondió con un vuelo sin motor y una mano cambiada para mandar el balón a córner.
Reaccionó Simeone de inmediato, quitando a Vitolo y metiendo a Correa. Intrascendente el canario en su primera titularidad en Liga, con más intenciones que presencia y acierto. Muchas imprecisiones en los de Simeone, que confiaban todo a una contra para sentenciar. Pero viendo el panorama, era difícil que llegase. El Atlético, por cierto, jugaba con un 4-23-1 en defensa, con Griezmann ayudando por la izquierda y trivote en el centro.
José González, que ya había dejado a Iturra, con amarilla, en el vestuario en el descanso, metió a Rolan por Keko para jugar con tres delanteros. De perdidos al río debió pensar el técnico andaluz, viendo como su equipo, revolucionado, estaba más cerca de empatar FOTO: EFE
que de recibir el segundo. EnNesyri probó desde fuera, pero se le marchó arriba. El Atlético, sin centro del campo, sufría. Ganaba, pero sufría. Un clásico. Griezmann, omnipresente, defendía y conducía las contras colchoneras. Insuficiente.
Pasaban los minutos, eso sí. El Málaga ya no apretaba tanto. El Atlético, más suelto pero sin ninguna fluidez, apenas sufría ya. Pero ganar por la mínima implica siempre que cualquier acción pueda ser la del empate. Thomas había entrado por Gabi, renovado automáticamente un año más tras su hora de juego en Málaga, para dar más consistencia a la medular.
Agotó cambios el Cholo, retirando a Costa del campo para meter a Torres. El hispano-brasileño fue una isla en el ataque rojiblanco. En el tramo final del choque, El Niño chocó cabeza contra cabeza con Lacen. El nuevo jugador del Málaga, conmocionado, se marchó en camilla, ovacionado por malaguistas, atléticos y hasta Simeone. Ese incidente durmió aún más el partido, aunque luego habría más descuento. Inútil para el Málaga. Sufrido para el Atlético
Un tanto del galo y las paradas de Oblak, suficiente para que el Atlético ganase