QUERER Y NO PODER
El Barça se estrelló en un Getafe muy ordenado que tuvo a favor la tolerancia de Borbalán con su dureza defensiva Valverde apostó por Yerry y Digne en el eje de la zaga y el colombiano rozó el gol a la salida de un córner
Pues ya son siete los puntos de ventaja que le quedan al Barça. La Copa del Rey ha expedido su factura al conjunto azulgrana, que se ha dejado dos empates consecutivos y ahora, tras perder parte de su colchón para poder gastar energías en Copa, tendrá menos margen de ahorro de cara a la Champions. Y es que, tras el 0-0 de ayer, el conjunto de Valverde no podrá viajar a Eibar, el próximo sábado, dejándose algo para Stamford Bridge. El Barça, sin frescura por el esfuerzo del jueves, se estrelló en la ordenada defensa que plantó el Getafe, no exenta de dureza tolerada por un pésimo Fernández Borbalán. Messi jugó todo el partido con alguien cogiéndole de la camiseta, buscándole los tobillos o incluso atropellándolo en el área sin que el colegiado, justo delante de la acción, pareciese darse cuenta. Debutó como titular Yerry Mina, que estuvo cerca de anotar el gol ganador en el tramo final, formando tándem inédito de centrales con Digne. Y salieron airosos. En cambio, Dembélé, revulsivo en su reaparición, ya en el segundo tiempo, no dio una a derechas. Tampoco sirvió la carta de Paulinho, como sí había servido en la primera vuelta.
Con pocas ideas, un Barça muy espeso topó una y otra vez en un ordenado Getafe que no renunció a buscar las contras. Aparte de la pareja Yerry-Digne, con el francés como central corrector, Paco Alcácer fue novedad en ataque junto a Messi y Suárez. Coutinho completó la media con Busquets y Rakitic. Ni uno ni otro estuvieron finos. Tampoco funcionaron las entradas de Alba ni Sergi Roberto rompió en sus intentos por banda derecha. El Barça abusó del juego por el centro y los balones largos de Messi o Rakitic encontraron a menudo un Luis Suárez en fuera de juego. El Barça marchó al descanso sin chutar entre los tres palos más que en un remate a gol de Luis Suárez, a falta lanzada por Messi, en posición de fuera de juego. Acción invalidada, por tanto.
El dato da una idea de lo que le costó al Barça moverse por el entramado del Getafe, amparado en la manga ancha que le dio Fernández Borbalán para repartir leña a diestro y siniestro, sobre todo un Bruno especialmente sucio. Este siniestro jugador incluso se permitió una patada a la cara de Messi cuando el argentino estaba en el suelo después de haber sido cazado por detrás, ya en el segundo tiempo. Agresión impune. Entre una cosa y otra, el Getafe cerró líneas, estuvo muy encima de los hombres clave azulgrana, especialmente Messi, Coutinho y Busquets en la salida de balón, y tapó las líneas de pase.
No renunciaron, de entrada, a buscar el gol, pero con cuentagotas. En un desajuste defensivo azulgrana Portillo ganó la espalda a Jordi Alba y pasó a Ángel, que encaró a Mina y remató demasiado cruzado ante Ter Stegen. El meta alemán minutos antes había salido para despejar un balón largo a Ángel, el jugador más avanzado de los visitantes.
Yerry casi marca
La pareja de centrales Yerry-Digne tuvo una puesta en escena realmente difícil, con muchos espacios a sus espaldas y sin el rival neutralizado. Lo resolvieron razonablemente bien y Yerry incluso cabeceó dos veces a puerta y estuvo a punto de marcar, a la salida de una falta y un córner, cuando el Barça ponía cerco a Guaita.
El Barça subió una marcha tras el descanso, aunque con precipitación e imprecisiones. Coutinho cruzó demasiado un balón poco antes de que un rechace de la defensa pillase al equipo azulgrana descompuesto y con Ter Stegen avanzado. Ángel remató alto. Poco después, fue Antunes quien advirtió. La verdadera reacción llegó cuando entraron Iniesta y Dembélé, con media hora por delante. El manchego, para poner criterio; el francés, velocidad, aunque con muy poco acierto. Le pesaron la falta de confianza y nervios. Hasta el final, ataques con más tesón que acierto y pocas ocasiones de verdad. Incluso una del Getafe obligó a Ter Stegen en el último suspiro