Sergio Rico se gana al Pizjuán
El portero, criticado en las últimas semanas, fue decisivo
Discutido por gran parte de la afición sevillista. Así llegaba el guardameta del Sevilla Sergio Rico al partido frente al Girona. El error contra el Leganés en la ida de las semifinales de Copa del Rey, sumado a algunas actuaciones irregulares en la presente Liga, como contra el Getafe, habían dejado al guardameta en el disparadero de los seguidores hispalenses. Todo futbolista pasa por momentos complicados. Los más grandes se levantan. Ayer, bajo el sol del Pizjuán, Sergio Rico demostró tener una enorme personalidad y con varias intervenciones extraordinarias fue clave para que los de Montella sumaran los tres puntos en la visita del Girona.
Rico no solo destacó por parar la pena máxima a Aday en un momento crucial del encuentro, sino que apareció también cuando su equipo más le necesitó para convertirse en un muro infranqueable para los de Pablo Machín, ayer sin su goleador Cristhian Stuani, lesionado, pero con Olunga titular y el Choco Lozano que debutó desde el banquillo.
Corría el minuto 40 del primer tiempo cuando lo que se había dejado entrever en los primeros minutos se confirmó. Sergio Rico tenía el día. El arquero, adivinó a la perfección la intención de Aday pese a que Muriel le señaló el otro lado de la portería y detuvo su penalti en la primera de las, como mínimo, cinco intervenciones clave que hizo a lo largo de los noventa minutos. Después del partido, el guardameta, de tan solo 24 años, reconoció que no tenía información sobre el lanzador (Aday) y que se tiró a por el balón por puro instinto.
Con el gol de Sarabia, Sergio aún cogió más importancia, y se erigió en el héroe del partido en los últimos diez minutos del encuentro, donde tuvo que lucirse ante Lozano y Bernardo para impedir que vola- ran puntos del Pizjuán.
En el tramo final, sobrevolaba so- bre el Pizjuán la sensación de que podían llegar las tablas, como ante el Getafe en el 91’. Sin embargo, so- bre el césped había un factor diferencial respecto a aquel partido. Sergio Rico era otro, lejos de la ima- gen frágil y dubitativa que mostró en las últimas semanas fue un mu- ro y apareció para evitar que Portu, en el 88’, hiciese el empate. Se llevó la ovación del Sánchez Pizjuán
El meta paró un penalti a Aday y borró sus errores ante Leganés y Getafe