Prioridad Europa
Es la salsa del fútbol. Si no, esto sería muy aburrido. El Barça empata dos partidos de Liga, primero el derbi jugando entre charcos y luego ante el Getafe porque pagó la factura por el esfuerzo de Valencia en la Copa. Y como el Atlético se ha puesto a siete puntos, este lunes el titular más repetido es “hay Liga”. Algunos, los que no quieren mucho al Barça, lo dicen con entusiasmo. Otros, los culés del vaso medio vacío, lo sueltan con inquietud. Siempre pasa: aquellos que en sus resultados van de menos a más se ilusionan y los que van de más a menos se angustian. Yo lo tengo claro: a todos ellos les diría que no cambiaría la situación del Barça por la de nadie. Ni por asomo.
La temporada es muy larga y es habitual que, hablando de la clasificación, en algún momento se haga eso que se llama ‘la goma’. Los culés que se veían hace diez días con once puntos de ventaja sobre el segundo en la Liga y ahora se ven a siete, añaden el “solo”, como si siete puntos fueran muy pocos. A eso se le llama estar bien acostumbrado. Hay que recordar, además, que al eterno rival, con el que te comparas permanentemente, lo tienes a ¡17 puntos! La distancia es histórica porque estamos hablando del Real Madrid. Y vale, quedan todavía 15 partidos para acabar esta Liga, pero quedan para todos, no solamente para el Barça. Habrá cruces en los que sólo podrá ganar uno y para eso el Barça, como el cuento de la hormiga y la cigarra, se ha guardado alimento para el invierno mientras los demás se echaban a dormir. Los de Valverde han hecho los deberes tan bien desde el verano que ahora, hasta cierto punto, pueden permitirse el lujo de fallar algo en la Liga, de especular, porque perder, todavía no han perdido ni un partido. El Atlético viene de ganar sus últimos encuentros pero de forma bastante apretada, nada que le dé para ir de sobrado.
Hago toda esta reflexión para dejar claro que el Barça está llevando fantásticamente la temporada. Primero metió un gran colchón de puntos en la Liga para poder permitirse ahora algún tropiezo y luego se ha trabajado una nueva final de Copa, la quinta consecutiva. Ya dije en mi artículo de la semana pasada que para mí el partido que indiscutiblemente había que priorizar era la vuelta de la semifinal de Copa en Mestalla. El Barça traía un 1-0 del Camp Nou y acabó rematando la faena con el 0-2 en Valencia. Ahora vuelvo a aplicar el mismo criterio y, pese a los dos empates consecutivos en Liga y antes de visitar a un equipo en racha como el Eibar, digo que la prioridad clarísima es la Champions. Lamentablemente, lo sufrimos la pasada temporada: en Europa, despistarte un día te condena casi seguro. Nos pasó en París y nos salvamos de milagro en el Camp Nou y nos volvió a ocurrir en Turín y de aquel 3-0 ya no salimos vivos. Así que con el Chelsea esperándonos en Londres
Digo lo mismo que con la Copa: en la Liga te ganaste poder fallar, en la Champions no
a la vuelta de la esquina ese es EL PARTIDO, en mayúsculas. Ya sé que los que hemos sido entrenadores siempre decimos aquello que el próximo partido es el importante. Lo hacemos aunque a veces sepamos que no es verdad. Desde Madrid están por la labor de ponernos nerviosos, porque es lo que toca cuando el apurado eres tú, pero el Barça no debe meterse presión extra, sería de tontos cuando tienes una final de Copa aparcada y la Liga la llevas mucho mejor que nadie, por lo que llegado el caso podrás arreglar un mal día. Lo gordo ahora es ir con todo y a por todas en la Champions