UN PASITO QUE VALE POR DOS
Sensacional primer tiempo del Barça, que pudo golear al Athletic pero se tuvo que conformar con los goles de Alcácer y Messi El conjunto azulgrana levantó el pie tras el descanso, pero aseguró tres puntos que doblan su valor con el KO del Atlético
Al Barça le bastó con un gran primer tiempo para resolver y avanzar un poco más hacia al título frente a un Athletic muy justito, aunque el marcador se quedó corto y la siesta de la segunda parte se hizo eterna. Pudo haber habido una auténtica orgía de goles antes del descanso, pero solo encontraron portería Paco Alcácer y Messi, en gran parte por la actuación de Kepa, de largo el mejor de los suyos. En la segunda parte, de tanto gestionar, los azulgrana dieron la sensación de estar ya sentados en el sofá, mando en ristre, esperando el partido del Atlético. Y, justamente, tras la derrota rojiblanca el pasito que habían dado los de Valverde se transformó en paso de gigante.
Sin Busquets por lesión y Suárez por sanción, Valverde volvió a contar con Dembélé formando tripleta atacante, en este caso con Paco Alcárez y Messi. Rakitic ocupó el medio centro y estuvo enorme, como cada vez q ue juega en esa posición. Paulinho y un gran Coutinho fueron los interiores en un 4-3-3 que, en defensa, se convertía en 4-4-2 al bajar Dembélé.
Tras un primer tiempo de altísimo nivel, el Barça gestionó su ventaja en el segundo, como últimamente viene haciendo, tal vez demasiado: ante el Atlético, en Málaga, otra vez frente al Athletic... Lo hizo con un margen de 2-0, poco tranquilizador ante un Athletic que, asfixiado por el esfuerzo del jueves en Europa League, había reservado a sus mejores bazas para el tramo final.
El sustituto de Suárez, Paco Alcácer, tardó ocho minutos en espantar cualquier temor. El valenciano culminó una jugada colectiva de casi todo el equipo, desde Ter Stegen hasta el delantero centro. Todos, excepto Dembélé, tocaron el balón en esa jugada ante la presión alta del Athletic.
Sergi Roberto, Ter Stegen, Piqué, Rakitic, Umtiti y Alba en la primera fase. Sergi Roberto fue quien superó esa primera línea de presión por la derecha, tras amagar y dejar atrás a Lekue. Paulinho, con un quiebro de alta escuela en la media, y Coutinho condujeron hasta la línea de tres cuartos, donde entró en acción Alba para recibir, en posición de fuera de juego, de Leo Messi y asistir a Alcácer, que marcó. Veintiocho toques en un minuto y cuarenta segundos con el Athletic FOTO: PEP MORATA como espectador. Una obra de arte colectiva que, sin embargo, no debió haber subido al marcador.
Fue uno de los dos goles de ventaja con los que el conjunto azulgrana marchó a los vestuarios. Y debieron haber sido, de acuerdo al juego, varios más. Messi, colosal entre líneas, obligó a Kepa a lucirse tres veces. Dembélé perdonó tras un robo de Rakitic, pase de Messi y asistencia de Coutinho con sombrero incluido. Coutinho y Paulinho encontraron el poste en sendos remates, espectacular el del primero: tiro al larguero tras centro de Alba con bote sobre la línea antes de que la jugada se desvaneciese. Y el propio Coutinho elevó demasiado una vaselina por encima de Kepa. El gol que ponía algo de justicia deportiva en el marcador fue obra de Messi, con un chut ajustado al palo a pase de Dembélé. Un 2-0 que premiaba sólo parcialmente a un Barça que, pese a la presión alta con la que el Athletic trató de ahogar la salida de balón, pasó por encima de los vascos.
Cambia el decorado
La segunda parte fue otra cosa y el Athletic fue a por la reacción. La entrada de Iniesta, aclamado por el Camp Nou, en lugar de Dembélé recompuso un 4-4-2 mucho más claro y buscó reencontrar la iniciativa de un Barça que se estaba dejando dominar por un Athletic que, sin embargo, no lo supo aprovechar ni siquiera con la entrada de Williams y Aduriz. A pesar de jugar buena parte del segundo tiempo cerca de Ter Stegen, no hubo jugadas que realmente inquietasen al portero alemán. Ni a Kepa, más allá de dos chuts de Messi, uno de ellos de falta, y un remate demasiado cruzado del argentino.
La afición ya huele la Liga y gritó “campeones, campeones...”, como si intuyeran lo que iba a pasar un par de horas más tarde. El Barça dio un paso que vale por dos