El Sevilla acusa la resaca en Butarque
El equipo nervionense, con poca actitud e intensidad, perdió en Leganés y ve comprometida su situación ‘europea’ en la clasificación
Todavía quizá saboreando la gesta que obró en Old Trafford eliminando al Manchester y pensando en el Bayern, su rival en cuartos de la Champions, y quién sabe si en la final de la Copa del Rey, el Sevilla de Montella se complica enormemente en sus aspiraciones en la Liga, competición en la que acumula dos derrotas consecutivas y en la que, si ya tiene imposible repetir en la máxima competición continental (cuarto puesto), puede comprometer su presencia en la Liga Europa. Con un abril durísimo y a la vez ilusionante en otras competiciones, sus perseguidores, sobre todo Villarreal, Girona y Betis, no van a perdonarle la mínima distracción.
Mientras, un Leganés que le puso mucha más intensidad se cobró la venganza de la eliminación en las semifinales de Copa y prácticamente aseguró la permanencia derrotando a un Sevilla con claros síntomas de resaca de Champions.
El equipo madrileño avisó pronto en un ataque de Amrabat, que le cogió las vueltas a Layún y superó a Rico en su salida. Si el balón no entró fue porque no llevaba la suficiente fuerza para ello y Lenglet la sacó sobre la raya. La respuesta sevillista, prácticamente la única llegada en el primer tiempo, fue un tiro cruzado de Sarabia que detuvo Cuéllar. Fue una raya en el agua, porque mientras Montella se desesperaba en la banda, sus jugadores lo que hacían era retroceder ante el mayor empuje e intensidad de los pepineros. Amrabat avisó desde lejos antes del 1-0, que llegó en un córner sacado en corto tras el que Bustinza sorprendió rematando muy forzado el centro de El Zhar. El balón, cabeceado en el segundo palo, hizo una parábola imposible para Rico y el Sevilla empezaba a ver castigada su falta de actitud en el marcador cuando el descanso ya se acercaba.
Tras la reanudación el equipo en teoría superior no supo dar el paso adelante necesario. Ben Yedder, titular como premio a sus goles ante De Gea, se encontraba desasistido y ni la salida de Sandro por un perdido Nolito servía para mejorar la imagen indolente de los andaluces, a los que Bustinza les daba otro susto de cabeza antes del 2-0, obra de Eraso en una jugada sin tensión defensiva por parte de Sarabia, Kjaer y N’Zonzi. Todo estaba ya dicho. La expulsión de Sarabia y el 2-1 de Layún sobre la hora eran ya simples anécdotas en uno de esos días de clásica empanada post Champions.
El Leganés dominó el partido ante un rival con la cabeza todavía en Old Trafford