Disciplina ‘made in NBA’
Las multas en la liga: cómo se aplican y a dónde va ese dinero
La NBA lleva años con un sistema disciplinario en el que se penaliza principalmente a los jugadores y a los entrenadores –aunque también en ocasiones a árbitros, ‘general managers’ o propietarios de franquicias– con multas que van desde los 15.000 dólares si se trata de una crítica puntual a los árbitros a los 50.000 si se trata de discusiones más subidas de tono y se trata de reincidentes. A partir de esa cantidad ya entramos en el terreno de las peleas y cosas más graves y en estos casos las penas ya no están tan determinadas y cada caso es diferente. De todo ello se encarga el departamento de operaciones de baloncesto, que está dirigido por Kiki VanDeWeghe, una ex estrella de la NBA en los años 80 (promedió 19,7 puntos en sus 13 temporada como profesional).
En un excelente reportaje en The Crossover, de Sport Illustrated, se explica cómo funciona este departamento, que se caracteriza por su seguimiento constante y exhaustivo de todas las acciones que se producen durante los partidos, en las ruedas de prensa o en las redes sociales y también por la rapidez con la que se toman las decisiones.
Cuando se produce un hecho que la liga considera sancionable se programa una entrevista con el jugador en cuestión –normalmente un día después del partido y siempre antes del siguiente– para que ofrezca su versión y se le envía una prueba (un vídeo, por ejemplo) de su ‘delito’, aunque antes de eso un representante del departamento legal de la NBPA (National Basketball Players Association, el sindicato de jugadores de la NBA) ya ha contactado con él para asesorarle. La sanción se produce apenas unos minutos después de esa llamada y esa cantidad económica se extrae de la siguiente nómina del jugador.
Las cantidades acumuladas son elevadas,aunque lógicamente hay que ponerlas en contexto con los salarios que cobran los jugadores. Por ejemplo, a Dwight Howard, pívot de Charlotte Hornets, le supone un coste de 162.000 dólares el hecho de haber recibido hace escasos días su falta técnica número 16 de la temporada, pero su sueldo es de 23,5 millones por campaña. Un jugador como Matt Barnes, por ejemplo, estima que tuvo que pagar casi medio millón de dólares en sanciones durante sus 14 años como profesional, que salieron de los casi 30 millones que percibió de ficha deportiva en los nueve equipos de la NBA en los que jugó.
Draymond Green, de Golden State Warriors, ha llegado a reconocer que tiene una planificación económica en la que reserva dinero de su salario para abonar estas multas. En la campaña 2014-15 tuvo que pagar 31.000 dólares (cobraba 915.243 en esa campaña). Según marcan las reglas de la NBA, un jugador es sancionado con 2.000 dólares por cada una de las cinco primeras técnicas que recibe en una temporada. A partir de ahí, la cifra va subiendo y en la número 16 ya es de 5.000 dólares y es suspendido por un partido, algo que también ocurre con la número 18, 20, 22, 24, etc. El récord histórico lo tiene Rasheed Wallace, que llegó a 41 en la temporada 2000-2001.
La mitad de ese dinero de las multas va directamente a los proyectos benéficos de la NBA y la otra mitad va a parar a la NBPA Foundation, una organización sin ánimo de lucro que calcula que la pasada campaña recibió entre 2,5 y 3 millones de dólares –cifra en la que sólo están incluidas las sanciones a jugadores, no al resto de los componentes de la liga– y que invierte ese dinero en numerosas actividades benéficas y de promoción del baloncesto, aunque los jugadores también tienen ciertas opciones de dirigir parte de ese dinero de sus multas a las causas que ellos propongan siempre y cuando se involucren en ellas
Barnes estima que tuvo que pagar medio millón de dólares en sanciones en 14 años