Alonso salva los muebles en Bahrein
Terminó 7º tras una gran salida en una carrera emocionante, ganada por Vettel con mucho sufrimiento y en la que Sainz fue 11º
Fernando Alonso lo volvió a hacer. Es experto en exprimir al máximo su coche y sus opciones, aprovechar cualquier ocasión y sacar un gran resultado cuando parece imposible. De nuevo, Fernando exhibió el gran carrerista que lleva dentro ayer en Bahrein terminando séptimo en una carrera ganada por Vettel con mucho sufrimiento por delante de Bottas y Hamilton.
Fernando Alonso sabía que gran parte de sus opciones de puntuar en Sakhir pasaban por realizar una gran salida después de una mala clasificación en la que sólo pudo ser 13º. El español llegaba muy motivado tras la quinta plaza conseguida en Australia, y las pequeñas evoluciones del coche presentadas en Bahrein no fueron todo lo bien que se esperaba. Boullier, director deportivo, aseguraba que se habían equivocado con la configuración del coche y tenían que depositar su confianza en Alonso para que arreglara las cosas en pista. Y de nuevo, el español tuvo que sacar las castañas del fuego a su conjunto con otra exhibición que se basó en una espectacular salida en la que avanzó 4 posiciones, colocándose en las primeras curvas en la novena plaza y poco después en la octava, beneficiado por el abandono de Daniel Ricciardo en el segundo giro. Pasó a Ocon aprovechando una maniobra muy arriesgada de Hamilton y enseñó los dientes a Hülkenberg sin suerte. A partir de ahí tras colocarse séptimo por la parada de Magnussen, optó por ir a dos paradas para terminar con el súperblando (el compuesto más blando) a un gran ritmo, aunque insuficiente para superar a los Haas y los Renault. Este debe ser su objetivo de cara a las próximas carreras gracias a la gran actualización que llegará en el GP de China en unos días.
Vettel reina en el sufrimiento
Sebastian Vettel no podía hacer otra cosa que chillar tras pasar la línea de meta, con una fuerza igual que el mensaje que envió a Hamilton ayer. Quiere volver a ser campeón del mundo y en Sakhir demostró que puede batallar con Mercedes en circuitos de motor y velocidad, y no sólo en carrera, sino también a una vuelta. Gritos de alegría, pero también fruto del sufrimiento que pasó al volante de su SF71H. Parece que ni él se podía creer lo que había pasado. “Dije por radio que lo tenía bajo control, pero era mentira”, y es que el germano sudó de lo lindo en una carrera que parecía sencilla para los dos Ferrari. La estrategia, que le dio el triunfo en Melbourne a los italianos, estuvo a punto de aguarle la fiesta a los de Maranello tras su doblete en clasificación. Hamilton protagonizó una enorme remontada desde la novena plaza y finalmente se encontró tercero por el abandono de Raikkonen tras pisar la pierna de uno de sus mecánicos en su pit stop.
Bottas, en la vuelta 23, y Hamilton en la 31, colocaron neumático medio y se dirigieron a la caza del único Ferrari que quedaba en liza, el de Vettel, al que se le complicaban y mucho las cosas. No lograba tomar ventaja ante las ‘flechas de plata’ y debía aguantar con unos neumáticos que estaban en las últimas sin poder realizar la segunda parada que tenía planeada. Finalmente se hizo ancho con Bottas pegado a su monoplaza en una última vuelta de infarto para lograr su segunda alegría consecutiva del año en las dos primeras citas (nadie lo lograba desde 2004). Así se colocó a tan sólo 2 victorias de Prost, que ocupa el último cajón del podio de pilotos con más GP ganados en la historia de la F1. Ayer Vettel celebró su GP número 200 ganando y sonando de forma muy contundente el cuerno de guerra para avisar a Hamilton. Vettel quiere su quinto título