Pitos al himno y en pie por Iniesta
También hubo banderas españolas en la afición culé, unida con la del Sevilla por Andrés
El fútbol, con Andrés Iniesta como máximo exponente, acabó acaparando el protagonismo ambiental en una final de Copa para recordar que había estado marcada en los días previos por el convulso clima político en Catalunya. Hubo pitada, como era esperable, pero mezclada con aplausos, de la afición sevillista e incluso de seguidores culés ataviados con banderas españolas, algunas con el escudo del Barça en medio, seguramente de seguidores y peñistas no catalanes. No pasó a mayores, sin incidentes que reseñar durante la jornada ni en la grada del Wanda.
Los pitos se dejaron notar lo suyo pese a que los decibelios se dispararon por megafonía cuando sonó el himno coincidiendo con la presencia en el palco del Rey Felipe VI, que aguantó estoicamente en pie la protesta por cuarto año consecutivo desde su proclamación. La caja de resonancia del espectacular estadio del Atlético de Madrid al sonar el himno contribuyó a atemperar los pitos.
Una gran presencia de ‘estelades’ acompañó también la salida de los jugadores mientras la hinchada rival atronaba con el “vamos mi Sevilla, vamos afición”. En algunos de los exhaustivos controles policiales, con 3.200 agentes, en la puerta del estadio se requisaron algunas banderas independentistas. Antes del partido sí se prohibió la entrada de camisetas amarillas e incluso globos del mismo color para reivindicar la libertad de los políticos catalanes encarcelados y sorprendió la imagen de la Policía haciendo fotografías a la grada durante la pitada. Cabe recordar que las entradas eran nominales. Marcelino Maté, presidente interino de la RFEF, estaba entre el Rey Felipe VI y Bartomeu. A la derecha del monarca estaba sentado Íñigo Méndez de Vigo, ministro de Educación, Cultura y Deporte.
Y cuando empezó a rodar el balón, se impuso el magisterio de Iniesta, un futbolista irrepetible que puso de acuerdo a las dos aficiones y acabó poniendo en pie también a la hinchada sevillista. La ovación fue histórica mientras su nombre era coreado provocando
las primeras lágrimas de Don Andrés de camino al banquillo hasta que, tras abrazarse con sus compañeros y especialmente con Messi antes de hacerlo con Valverde, rompió a llorar como nunca se le ha visto tras una victoria. Lloró con él el universo futbolístico. Se irá a China pero dejó como legado un recital en el Wanda para la historia .
Acabó el partido y siguió recibiendo abrazos y felicitaciones, como la de Montella, antes de subir al palco a recoger su 31º título con el Barça y su sexta Copa. Falta aún la Liga. Dos de sus hijos, Valeria y Paolo Andrea, bajaron con él mientras cantaba ‘a capela’ el himno del Barça con toda la ‘gent blaugrana’. Como lo hizo también Shakira desde un palco privado con la madre de Piqué. Sí bajaron el resto de parejas e hijos y la familia en pleno de Iniesta, que se llevó una foto para la eternidad. Imborrable, como la magia de Don Andrés. Gracias
Otro mal arbitraje En la primera mitad, Gil Manzano pitó un fuera de juego inexistente de Messi y pudo expulsar a Escudero. Leo se iba solo.
Éxito contra la reventa La afición del Barça acabó siendo mayoría a diferencia de otras finales. El control de las entradas del club resultó un éxito.
Se requisaron camisetas y globos amarillos y la Policía hizo fotos a la grada