La UD Las Palmas baja entre abucheos
El conjunto canario desciende al caer ante el Alavés y su afición muestra su malestar
10 puntos de 51 posibles explican que lo de Paco Jémez en Las Palmas ha sido un fracaso mayúsculo. El técnico aterrizó en la isla como el salvador que debía enderezar el rumbo para que el conjunto amarillo continuase en LaLiga Santander, pero no lo ha logrado (ni ha estado cerca de hacerlo). Ayer, con una contundente derrota ante el Alavés (0-4), la UD consumó su descenso, y lo hizo entre los abucheos de un público notoriamente descontento. El conjunto babazorro, por su parte, con estos 3 puntos confirmó (sí es que había dudas) que Vitoria seguirá siendo de Primera un año más.
Fue la crónica de una muerte anunciada. La UD Las Palmas tenía que ganar para no bajar, pero el aficionado ya no creía. Por ello, las gradas del Gran Canaria presentaron un aspecto desangelado, con muy poco público que, una vez allí, silbó FOTO: EFE tanto la alineación como el nombre de Paco Jémez cuando se escuchó por megafonía.
En el primer acto el duelo fue malo en general. Sin ocasiones claras y con el árbitro decidiendo no añadir ni un minuto a los 45 reglamentarios, se llegó con 0-0 al descanso.
En la reanudación, Las Palmas pareció regresar al verde totalmente desconectado. Cierto es que Etebo (de lo poco salvable de Las Palmas) tuvo el 1-0 con un lanzamiento de falta directo a la escuadra en el 50’, pero un minuto más tarde co- menzaría el chaparrón. Wakaso llegó a línea de fondo, y con la fe que no tenían los locales la puso al corazón del área para que Munir lograse el 0-1 de cabeza.
Final trágico
El golpe fue duro, prácticamente definitivo, y la sentencia llegó en el 74’ con un nuevo tanto del marroquí aprovechando esta vez que la defen- sa canaria estaba excesivamente adelantada para finiquitar en gol un contragolpe vitoriano.
Todavía hubo tiempo para el 0-3 de Medrán (79’), de cabeza y comple- tamente solo en área pequeña, y pa- ra el 0-4 de Sobrino en el tiempo aña- dido mientras diluviaba, esta vez de forma literal, en Las Palmas.
La grada despidió al equipo con una sonora bronca, pero desde hoy no queda otra que trabajar pensan- do en el regreso a una categoría en la que el Alavés, a diferencia de la UD, sí estará el próximo curso