REGALO DE ORO
Las paradas de Oblak y un gol de Griezmann convierten una pesadilla en un cumpleaños feliz Vrsaljko fue expulsado a los diez minutos y el Atlético estuvo a merced del Arsenal pero resistió
El Atlético cumplió ayer 115 años de vida. Le tocó hacerlo en Londres. Y lo festejó con un empate a uno que, viendo el desarrollo del encuentro, fue un regalo de cumpleaños en toda regla, con Griezmann y Oblak como encargados de soplar las velas. Lyon estuvo lejos. Ahora está más cerca.
Que la noche comenzaba torcida se vio muy pronto. Al minuto de juego, cuando un error de Giménez en la salida del balón y un resbalón de Vrsaljko propiciaron la amarilla para el croata. Ocho minutos después, entrando a Lacazette en el centro del campo tras otra pérdida, esta de Thomas, vio la segunda. Tocó la bola, y con la inercia, el tobillo del francés. Su compatriota, Clement Turpin, no dudó. A la calle. Dos faltas. Diez minutos. Vrsaljko metió la pata, nunca mejor dicho.
De poco sirvieron las protestas colchoneras. Bueno sí, para que Simeone, fuera de sí, también fuera expulsado poco después. Antes había reubicado a Thomas en el lateral derecho, a Koke (impreciso) en el doble pivote y a Griezmann en la izquierda. Iba a tocar sufrir. El Arsenal quiso hincar el colmillo. Pero el mejor portero del mundo evitaba que se moviera el marcador. Welbeck, Lacazette, Wilshere, impotentes ante Oblak.
Quería respirar el Atlético, pero no podía. No le duraba el balón ni diez segundos. El Arsenal seguía con su acoso, pero la portería se le seguía haciendo pequeña.
Era cuestión de enfriar el partido y aprovechar alguna para llegar vivos a Madrid. Tuvo dos Griezmann, pero remató centrado. Correa la mandó arriba... El partido había cambiado. Media hora tarde y con un expulsado, pero el Atlético había llegado al Emirates. El que no cambiaba era Tur- pin perdonando tarjetas a los locales. Descanso.
La segunda parte comenzó como la primera, con el Arsenal atacando y el Atlético resistiendo. Todo corazón los colchoneros, que volvían a echar en falta tener algo el balón para respirar. Pero llegó. El gol del Arsenal. Pérdida de Griezmann, centro de Wilshere y cabezazo inapelable de Lacazette, imponiéndose a Lucas en el salto. Esta vez sí, pudo con Oblak.
El tanto espoleó más a los ingleses, que querían el segundo. En esas, Simeone desde el palco decidió meter a Gabi por Gameiro, que nunca estuvo. Y ya, poco o nada se le espera. Griezmann se quedó solo en punta, con el equipo tratando de que la diferencia no creciese.
El 1-0 no era malo según estaba
Turpin también mandó a la calle a Simeone por una protesta tras quedarse con diez
la cosa, debió pensar el Cholo, que metió a Savic por Correa. A Wenger le gustaba lo que veía y no movía ficha. El montenegrino se colocó como lateral derecho. Dejar la puerta a uno y buscar una contra era el plan. Y salió.
Porque Griezmann enganchó una. Y con la ayuda de la fortuna, no perdonó. Recibió en profundidad y le ganó en el cuerpo a cuerpo a su compatriota Koscielny, para plantarse ante Ospina, que repele el balón en el mano a mano... pero le vuelve a quedar al galo, que ante el resbalón de Mustafi, la manda a la red. Locura en una de las esquinas del Emirates, donde Grizzi se fue a celebrar el gol con los hinchas colchoneros desplazados. A cinco minutos del final, el Atlético lograba un tanto de oro.
Y claro, faltaba que Oblak volviese a aparecer. con una prodigiosa mano a un cabezazo de Ramsey que levantó un ‘ohhh’ de admiración e incredulidad en la grada. Lo había vuelto a hacer, ya con Torres sobre el campo para apurar los minutos finales