‘Revólver’ Lejarraga dispara alto
Tras derrotar a Skeete, en 2019 podría buscar un título mundial
Hay debuts que marcan la carrera de un deportista y el de Kerman Lejarraga (19/02/1992) fue uno de ellos. Después de demostrar su pegada en el campo amateur, este gran seguidor del Athletic Club quería empezar por la puerta grande en su puesta de largo como profesional. Así fue como víctima de su exceso de ímpetu se rompió la mano izquierda buscando tumbar a Jair Cortés, ante la cara de sorpresa de los aficionados que llenaban La Casilla de Bilbao el 19 de junio de 2015. Lejos de dar un paso atrás, y tal como pudo verse la madrugada del pasado sábado al domingo cuando arrolló al británico Bradley Skeete en la lucha por el Campeonato de Europa del peso wélter, Kerman dio un paso al frente y siguió a lo suyo, buscando el cuerpo del rival. Tanto en esta ocasión como en otra ante Santos Medrano, Kerman se fracturó las manos, lo que no le impidió seguir boxeando. “Les seguí pegando con las manos rotas. Como ya están rotas, qué más da que se rompan un poco más, si de todas formas voy a ir al hospital a que me traten la factura”, decía a ‘Espabox’. Estas palabras ya dan una idea de la casta de este boxeador y del amor que siente por el deporte del ring, al que llegó casi por casualidad. Empezó, como muchos otros jóvenes, con el judo y el kickboxing, hasta que su tío le dijo que boxeara y un amigo de su cuadrilla le presentó a Txutxi del Valle, quien sigue siendo su entrenador y a quien se abrazó nada más ceñirse a la cintura el cinturón del wélter.
Es ‘Revólver de Morga’ un chico sencillo, que tiene muy claro de dónde viene y cuáles son sus raíces. Difícilmente perderá el norte. Tiene en la familia y en sus amigos a dos de sus pilares y al también boxeador Andoni Gago, uno de sus ídolos.
Es Lejarraga la figura ideal que necesitan los muchos jóvenes que entrenan a diario en los gimnasios en el más completo anonimato. Un tipo sereno, que como él mismo señala y sus rivales han podido comprobar en sus carnes (25 victorias, 20 por KO) pega duro, muy duro, que siente una devoción especial por el boxeo y que reniega del estereotipo que a veces asocia violencia y al ring. Un boxeador que gusta, popular, que tiene muchos seguidores, como se pudo apreciar el día que San Mamés desplegó una pancarta con su nombre. Él, un ‘león’ más, subió al ring del Bilbao Arena con la camiseta de su querido Athletic, probablemente desconociendo que acabaría haciendo historia al convertirse en el cuarto vasco campeón de Europa –tras Paulino Uzcudun, Urtain y Agustín Senín–, en el campeón europeo español número 54 y el más rápido (285 segundos) que ha conquistado un título europeo, junto a Perico Fernández y Kiko Martínez. Casi nada.
Cumplido el sueño europeo, la mejor noche de su vida, como él señaló, Lejarraga llama con fuerza a la puerta para pelear por un título mundial del wélter, y lo hace con las mismas manos que están escribiendo una nueva historia en el boxeo
Empezó en el judo y en el kickboxing, hasta que gracias a su tío descubrió el boxeo
Tiene el cuerpo decorado con varios tatuajes y entre ellos dos revólver